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1-1. Guruzeta estropeó la fiesta al Real Valladolid

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El defensa del Valladolid Juma Bath (i) protege un balón ante Nico Williams, del Athletic, durante el partido de LaLiga que Real Valladolid y Atlhetic Club disputan este domingo en el estadio José Zorilla. EFE/R. García

Valladolid, 10 nov (EFE).- El técnico del Real Valladolid, Paulo Pezzolano, ha comentado, tras el empate ante el Athletic, que duele que se vaya el partido así en la última jugada, «porque además hubiera sido muy importante la victoria en el plano anímico y moral del equipo».

«Duele mucho porque el plan salió excelente, como para habernos llevado los tres puntos: el rival no podía generar, porque les tapamos los espacios que utilizan tanto, e hicimos transiciones para tratar de sorprenderles, generamos ocasiones y marcamos», ha comentado.

Por eso considera que lo que le faltó a su equipo fue «sacar la última pelota», ya que sabían que era un rival vertical, con muchos jugadores que rompen fácilmente, y los mantuvieron a raya, hasta que llegó esa última falta, y entró.

Aunque desplegó una defensa de cinco líneas, ha aclarado que esta se repetiría si el rival así la requiere, pero su planteamiento va cambiando siempre según el equipo que tengan enfrente y, en este caso, esa figura consideraron que era la adecuada, y funcionó.

A pesar de esa buena defensa, el cuadro blanquivioleta volvió a encajar gol, pero fueron «más sólidos, ya que ellos no tuvieron ocasiones de gol claras, y este llegó con una pelota quieta, que convirtieron».

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«Ha sido desafortunado. Se van corrigiendo cosas, porque hoy tuvimos opciones de gol claras, y hay que seguir por el camino del crecimiento, y buscar no encajar», ha añadido, centrando ya su pensamiento en el próximo partido tras el parón de selecciones.

Precisamente, por ello, insistió en que «hubiera sido muy positivo quedar fuera del descenso, pero esto va a ser así, si se gana uno, se va a salir, y está claro que los partidos ante rivales directos hay que ganarlos e ir a por todo para sumar de a tres.

Respecto a su séptima tarjeta amarilla, ha advertido que no le preocupa, pero sí que la roja que señalaron a Prados la dejasen en amarilla, porque, en su opinión «fue roja, porque Raúl Moro salió con el tobillo muy hinchado», ha concluido.

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