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Cultura

La moda, ¿liberadora y opresora al mismo tiempo?

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Imagen de archivo de un desfile del diseñador Dominnico durante la 080 Barcelona Fashion del pasado mes de octubre. EFE/Marta Pérez

Madrid, 24 nov (EFE).- Los ‘bodies’ ajustados, los pantalones ceñidos de cintura baja, el corsé, los sujetadores con efecto ‘push up’ o los zapatos de tacón son tendencias que ponen sobre la mesa que la moda vive en su propia contradicción, pues puede ser liberadora y opresora al mismo tiempo.

Elegir prendas que oprimen para sentirse libre. “Es una contradicción interesante porque la moda es liberadora y opresora al mismo tiempo”, argumenta a EFE Paul García de Oteyza, que junto a Caterina Pañeda son el alma de la firma Oteyza, fundada en 2012.

Oteyza recuerda que Coco Chanel fue disruptora y provocadora, pionera en romper con la moda que oprimía la anatomía femenina, en crear moda funcional y estilosa.

Pero en muchas ocasiones, la ropa ha sido un vehículo de satisfacción para los demás, “no un instrumento que apoye la funcionalidad y comodidad”, dice García de Oteyza.

“Vivimos en una sociedad en la que hay mucha provocación, muchos extremos y muchos radicalismos y la moda se convierte en algo liberador”, añade García de Oteyza, quien considera que, por ejemplo, un corsé permite exhibir una elegancia y sexualidad determinada, pero ejerce una opresión hacia uno mismo. “Es un juego de luces y sombras”.

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Lucir prendas que oprimen o liberen es una elección muy personal. “A algunas mujeres les gusta ver las estrellas para estar bella y a otras no”, dice el diseñador Juan Duyos, quien considera que “no es tanto una cuestión de tiranía de la moda, sino del perfil y gusto de la mujer”.

Por ejemplo, añade Duyos, hay mujeres a las que les apetece llevar tacones de doce centímetros y otras optan por ir con deportivas porque no los aguantan o porque les gustan más. “Al final, la moda propone y la mujer decide”, concluye.

Esta temporada están de moda los corsé, los ‘bodies’ ajustados, los pantalones ceñidos de cintura baja, los sujetadores con efecto ‘push up’ o los zapatos de tacón, tendencias que responden a códigos estéticos que oprimen.

Si se echa la vista atrás, se observa que la mujer ha conseguido mayor libertad estilística y ha derribado prendas y estereotipos asentados, pero esa libertad a veces no es tal, y se convierte en una tiranía de tópicos.

“Sí, hay prendas que ejercen tiranía sobre la iconografía, la apariencia y representación de la mujer”, asegura el teórico de moda Román Padín Otero, quien explica que esto se plasma en los programas de ‘drag queen’, donde se está tratando la estética de la mujer de manera cómica.

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“Todos esos elementos que utilizan -prendas ceñidas, tacones, sujetadores, pestañas postizas, etc- ejercen tiranía sobre la representación de lo que es ser mujer”, añade el teórico de moda que apunta que, además, esa estética que exhiben ya ni existe.

Pero “las jóvenes no quieren saber nada de eso, eligen libremente cuál es su iconografía”, asegura Otero, y recuerda que el universo ‘drag’, que en un principio era un espacio de liberación, sobre todo para la comunidad gay, “se ha convertido en una tiranía de tópicos de apariencia y representación femenina”.

De hecho, utilizan mucho el sujetador, que nació como alternativa al corsé y que ha sido objeto de reflexión constante: ¿Bandera de la liberación femenina?, ¿Imposición estética?, ¿Cuestión de costumbre? o ¿Presión social?.

Desde que apareció, a principios del siglo pasado, se ha usado para sostener las mamas y crear un silueta más definida y elegante. Sin embargo, ahora, por convicción y comodidad, muchas mujeres optan por no volver a llevarlo.

Igual ocurre con las medias de cristal o panties. Muchas las consideran una prenda opresora. “Sin embargo, fue una modernización tremenda para el hábito femenino, imagínate qué comodidad llevar falda y no pasar frío”, dice Padín Otero.

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Debajo de las apariencias y la búsqueda de la comodidad, los cambios en la moda son estructurales y, también, de lo que es políticamente correcto.

Carmen Martín

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