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Ucrania, la inmigración y un posible «shutdown» chocan en el Congreso de Estados Unidos

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El presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Mike Johnson, en una fotografía de archivo. EFE/EPA/JIM LO SCALZO

Washington, 7 ene (EFE).- El Congreso de Estados Unidos vuelve de las vacaciones navideñas sin el acuerdo que dé a los demócratas el dinero que anhelan para Ucrania ni a los republicanos la contrapartida de endurecer la política migratoria, todo mientras se acerca un nuevo posible «shutdown» por falta de fondos.

La negociación, que hace semanas que dura, estaba en manos de un grupo de senadores de los dos partidos pero quedó interrumpida con la llegada de las vacaciones.

Ahora, con el año nuevo, también están llegando las prisas. El presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Mike Johnson, dijo esta semana en una llamada con sus congresistas que pretende asumir él directamente la negociación con la Casa Blanca y el presidente, Joe Biden.

«Tiene un largo trayecto hasta la Casa Blanca para hacer algo que podría hacer en la puerta de al lado (en el Senado)», aseguró la directora de presupuesto de la Casa Blanca, Shalanda Young, instando al líder republicano a que se ponga de acuerdo con los otros legisladores antes de querer hablar con Biden.

Johnson está en una difícil situación. Su responsabilidad es la de que se aprueben los presupuestos y evitar un cierre de Gobierno o «shutdown», pero hacerlo sin contrapartidas para los republicanos fue lo que precisamente le costó el puesto a su antecesor, Kevin McCarthy, tras una guerra fratricida en el partido en octubre pasado.

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Esta semana, Johnson encabezó un viaje a la frontera sur junto con unos 60 de sus colegas republicanos en la que pidió endurecer la política migratoria.

Al mismo tiempo que los republicanos daban una rueda de prensa, a pocos metros un grupo de migrantes cruzaba a pie el río que separa México de Estados Unidos.

En diciembre de 2023, más inmigrantes sin papeles fueron detectados cruzando la frontera en toda la historia, cerca de 302.000. A lo largo del último trimestre del año fueron 785.000, también un récord histórico.

Los republicanos quieren poner patas arriba el sistema de asilo, al que se acogen la mayoría de migrantes que están llegando en los últimos tiempos, y hacer mucho más difícil para los empleadores contratar a inmigrantes indocumentados, entre otras medidas.

La Casa Blanca ya ha mostrado su disposición a aceptar concesiones en materia migratoria a cambio de dinero para Ucrania y, de hecho, el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, ha participado en alguna de las reuniones en el Senado.

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Los demócratas también tienen prisa: la propia Young avisó en diciembre que el dinero previamente aprobado para Ucrania iba a acabarse a final del año pasado, y con él las posibilidades de que Kiev siga deteniendo -o revirtiendo- el avance de las fuerzas rusas.

La Casa Blanca ha pedido al Congreso aprobar un paquete de más de 100.000 millones de dólares en ayuda militar, de los cuales más de 60.000 irían a Ucrania, mientras que unos 15.000 a Israel.

Presupuesto

A la negociación de este paquete se suma ahora la de los presupuestos para 2024. En noviembre del año pasado se aprobó una prórroga presupuestaria que evitaba un inminente cierre administrativo con dos fechas de vencimiento, el 19 de enero y 2 de febrero, que en ese entonces se veían muy lejos.

La primera de estas fechas está ahora a dos semanas, y el precio que los republicanos le están poniendo es el mismo del de Ucrania: endurecer la política migratoria.

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Varios congresistas republicanos ya están sondeando la idea de forzar un cierre parcial de la Administración si no hay un acuerdo migratorio con la Casa Blanca antes del 19 de enero.

«No más dinero para esta burocracia hasta que se haya puesto la frontera bajo control», dijo Andy Biggs, uno de los legisladores que apoya forzar el cierre de Gobierno.

Por su lado, los demócratas han recordado que un «shutdown» afecta transversalmente al Gobierno y que perjudica su capacidad ejecutiva para, precisamente, controlar la frontera.

«Ya conocemos esta estrategia fallida del pasado, y aquí está la conclusión: cerrar el Gobierno por políticas partidistas extremas, no resuelve ni un solo problema y obliga a nuestro personal en la frontera sur a trabajar sin salario», afirmó en declaraciones recogidas por Politico la senadora Patty Murray.

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