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Cultura

Un muestra minimalista para bajar las pulsaciones en el corazón de París

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Pensada casi como un oasis para bajar de revoluciones en pleno corazón de París, la exposición 'Minimal' recorre este otoño la evolución del arte minimalista en la antigua Bolsa de Comercio, museo de las iniciativas de la Colección Pinault en la capital francesa. A través de un centenar de obras desplegadas en las diáfanas instalaciones de este edificio circular, ubicado a pocos minutos del Louvre, la visión de artistas como Dan Flavin, Robert Ryman, On Kawara o François Mollet repasan este movimiento que, desde los años 60, repensó el estatuto de la obra de arte y su relación con el espectador, depurando la estética al máximo. EFE/ Nerea González

Nerea González

Pensada casi como un oasis para bajar de revoluciones en pleno corazón de París, la exposición 'Minimal' recorre este otoño la evolución del arte minimalista en la antigua Bolsa de Comercio, museo de las iniciativas de la Colección Pinault en la capital francesa. A través de un centenar de obras desplegadas en las diáfanas instalaciones de este edificio circular, ubicado a pocos minutos del Louvre, la visión de artistas como Dan Flavin, Robert Ryman, On Kawara o François Mollet repasan este movimiento que, desde los años 60, repensó el estatuto de la obra de arte y su relación con el espectador, depurando la estética al máximo. EFE/ Nerea González

París, 7 oct (EFE).- Pensada casi como un oasis para bajar de revoluciones en pleno corazón de París, la exposición ‘Minimal’ recorre este otoño la evolución del arte minimalista en la antigua Bolsa de Comercio, museo de las iniciativas de la Colección Pinault en la capital francesa.

Pensada casi como un oasis para bajar de revoluciones en pleno corazón de París, la exposición 'Minimal' recorre este otoño la evolución del arte minimalista en la antigua Bolsa de Comercio, museo de las iniciativas de la Colección Pinault en la capital francesa. A través de un centenar de obras desplegadas en las diáfanas instalaciones de este edificio circular, ubicado a pocos minutos del Louvre, la visión de artistas como Dan Flavin, Robert Ryman, On Kawara o François Mollet repasan este movimiento que, desde los años 60, repensó el estatuto de la obra de arte y su relación con el espectador, depurando la estética al máximo. EFE/ Nerea González

A través de un centenar de obras desplegadas en las diáfanas instalaciones de este edificio circular, ubicado a pocos minutos del Louvre, la visión de artistas como Dan Flavin, Robert Ryman, On Kawara o François Mollet repasan este movimiento que, desde los años 60, repensó el estatuto de la obra de arte y su relación con el espectador, depurando la estética al máximo.

Es un paseo que invita a un “estado de calma y de paz que va en contra de la locura” imperante en la actualidad, destacó Emma Lavigne, directora general de la Colección Pinault, en la presentación de la muestra a la prensa este martes, antes de que abra sus puertas al público desde mañana y hasta el 19 de enero.

Preside la exposición, como suele ser habitual en las propuestas de la Colección Pinault en la Bolsa de Comercio, una gran instalación situada en la denominada “rotonda” del edificio, el enorme espacio circular que servía como patio -ahora coronado de una monumental cúpula de cristal-, donde antaño se negociaban granos y otros productos básicos.

En esta ocasión, el honor ha correspondido a la estadounidense Meg Webster, quien eligió situar en ella cinco voluminosas obras escultóricas que utilizan como material la naturaleza -arcilla, plantas, sal o cera, entre otros elementos-, creando una especie de paisaje de reflexión que conecta al espectador con el planeta Tierra.

“Irán cambiando con el tiempo”, señaló sobre estas obras la comisaria de ‘Minimal,’, Jessica Morgan, debido a la degradación natural, los cambios de temperatura y la luz.

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El resto del recorrido se articula en áreas temáticas, como la dedicada al movimiento Mono-ha japonés (1968-1975), que se desarrolló en paralelo a las visiones minimalistas occidentales, o los estudios sobre la luz de Dan Flavin y Keith Sonnier.

También está muy presente el monocromatismo, con referentes como las pinturas blancas del estadounidense Robert Ryman, o las reflexiones sobre el equilibrio de artistas como el argentino David Lamelas y sus placas de aluminio.

No es una exposición “histórica” sobre el minimalismo, precisó Morgan, ya que se basa eminentemente en las piezas de la propia Colección Pinault, que está compuesta por unas 10.000 obras de arte contemporáneo reunidas por el empresario francés François Pinault, fundador del grupo de lujo Kering.

Pero aún así, gracias a la gran cantidad de ejemplos disponibles (debido al interés del propio Pinault por el minimalismo), ofrece una visión general sobre este movimiento de belleza radical, sobre su expansión global y sobre cómo se mantuvo en el tiempo.

La propuesta otoñal del museo instalado en la Bolsa de Comercio incluye también, prácticamente a modo de preludio de ‘Minimal’, una suerte de miniexposición dedidada a la multifacética artista brasileña Lygia Pape.

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“La sensibilidad del arte minimalista es algo compartido en todo el mundo, de Brasil a Pakistán”, reflexionó la directora de la colección.

El viaje por la obra de Pape se articula principalmente alrededor de su ‘Ttéia 1’, una poética estructura de hilos dorados en la que el espectador, al rodearla, puede apreciar las mutaciones visuales que provoca el cambio de perspectiva, mientras la luz resalta unos hilos o vuelve prácticamente transparentes otros.

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