0-1. El Inter se suma a la fiesta

Roma, 18 oct (EFE).- El rumano Cristian Chivu, que fue jugador del Roma y terminó su etapa distanciado del Olímpico, superó este sábado al equipo que le vio nacer en Italia antes de cambiar de colores para vestir, precisamente, los interistas, rechazando de por medio una oferta del Real Madrid.

El Estadio Olímpico de Roma no recibió del todo bien el regreso de Chivu al estadio que el vio nacer en Italia. Ya volvió la pasada campaña con el Parma, pero hacerlo vestido con la camiseta del Inter, esa que recuerda la ‘traición’ de 2007, es una cosa diferente.

El Roma firmó a Chivu en 2003 procedente del Ajax, donde era capitán. Pagó 18 millones de euros. Gran precio para la época. Zurdo, se desempeñó de central y lateral izquierdo. Y se asentó tanto con Fabio Capello como con Luciano Spalletti.

Era un jugador querido en Roma, pero su etapa, como la de tantos otros, terminó 4 años después, en 2007. El Real Madrid apareció en escena. Y el Roma acordó con el club de Chamartín la venta del jugador por el mismo precio que pagó en 2003. Unos 18 millones de euros, más o menos.

Chivu con el Roma disputó 122 partidos, marcó 6 goles, dio 4 asistencias y ganó una Copa de Italia. Un título copero que levantó en su último año, 2007, precisamente al Inter. Fue la última edición que se disputó a doble partido. La ida fue 6-2 en Roma. La vuelta 2-1 en San Siro.

Por eso cuando tiró por la borda el acuerdo con el Real Madrid y firmó por el Inter, perdió todo el cariño de la afición romanista, que todavía hoy le recuerda que pudo haber sido más elegante fichando por el Real Madrid y no por un rival directo.

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Quizá el tiempo le dio la razón a Chivu. En el Inter ganó tres ‘Scudetti’, un Mundial de Clubes, dos Supercopas de Italia, dos Copas de Italia… y, sobre todo, la ‘Champions’ de 2010 con José Mourinho, en lo que fue un triplete histórico, el único del fútbol italiano.

Chivu, que pudo jugar en el Madrid, eligió el Inter al terminar su etapa en Roma. Decisión que, casi 20 años después, todavía le persigue y le recuerdan en Roma, la que fue su casa durante 4 años.

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