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Queralt Castellet: “La plata de los Juegos de Pekín la verdad es que fue algo increíble”

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La rider española Queralt Castellet, medalla de plata en halfpipe en los Juegos Olímpicos de Pekín, en una foto de archivo. EFE/EPA/FILIP SINGER

Madrid, 22 oct (EFE).- La catalana Queralt Castellet, subcampeona olímpica y Mundial de halfpipe, disciplina del snowboard en la que cuenta siete victorias y 18 podios en la Copa del Mundo, es una de las figuras más importantes de toda la historia del deporte invernal español.

La española Queralt Castellet (Sabadell, 1989), medalla de plata en halfpipe de snowboard en los Juegos Olímpicos de Pekín, en una foto de archivo. EFE/Andreu Dalmau

En una entrevista con la Agencia EFE que tuvo lugar este miércoles en Madrid, en el marco de un evento de Red Bull, uno de sus patrocinadores, Queralt, de 36 años, comenta diversos aspectos de su brillante carrera deportiva y acerca del futuro, a sólo unos meses de convertirse en la única deportista invernal española con seis comparecencias olímpicas: deshaciendo a su favor el empate que la unía a otra leyenda, la ex esquiadora alpina andaluza María José Rienda, ex secretaria de Estado para el Deporte.

Pregunta: Ha ganado una plata olímpica -en los Juegos de Pekín 2022-, es subcampeona mundial -en Kreischberg’15 (Austria)-, tiene siete triunfos y 18 podios en Copa del Mundo; y, además sabe lo que es ganar y subir varias veces al podio en los X Games. Es un palmarés para sentirse bien orgullosa, ¿no?

Respuesta: Sí. La verdad es que sí. Siempre pienso en mis padres, que, desde que yo era pequeña y empecé a dar vueltas, nunca me negaron la oportunidad de hacer lo que quería. Al contrario. Ellos siempre tuvieron confianza en mí, de forma ciega. Incluso diría que han confiado más en mí que yo misma.

En ese sentido he tenido muchísima suerte, porque ahora hay una generación de niñas y niños muy jóvenes, que muchos viajan con sus padres. Muchos tienen a su familia detrás; y por eso, a lo mejor, pueden hacerlo. Pero, al mismo tiempo, ves la presión que tienen después, por su parte. Yo siempre he viajado con mis entrenadores, con mi equipo; y me imagino que la presión hubiese sido aún mayor si, además, hubieran estado ahí mis padres. Yo he tenido mucha suerte.

P: ¿Hay algo más que le gustase conseguir, en su ya de por sí brillante carrera deportiva?

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R: En mi deporte, como en cualquier otro, no hay límites. Y cuando ves que la progresión continúa y no para; y que yo estoy ahí, empujando, pues no puedes parar de estar motivada. En este sentido, siempre hay más cosas que quieres conseguir.

P: Estamos ante una temporada olímpica. Usted es, hasta ahora, la española con más participaciones en Juegos de Invierno, junto con la esquiadora alpina andaluza María José Rienda (cinco), pero en un par de meses, en la cita de Milán-Cortina d’Ampezzo (Italia) será la única española -hombre o mujer- de toda la historia con seis comparecencias olímpicas. ¿Qué le sugiere esta idea?

R: Esa idea lo único que sugiere es la pasión y el amor que tengo por mi deporte. Al final es lo que me da la vida, es lo que me da ser la persona que soy. Me permite expresarme de la mejor manera que me gusta hacerlo, a través de mi deporte.

Luego tu carrera la pueden marcar las lesiones y otras circunstancias, como la motivación o la ausencia de ella; pero en mi caso he tenido la suerte de que siempre he afrontado cada día como un día nuevo

P: Hace casi veinte años debutó como olímpica, en los Juegos de Turín 2006, en Bardonecchia (Italia). ¿Cuánto ha cambiado el halfpipe y cuánto ha cambiado Queralt, desde entonces?

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R: No sólo el ‘halfpipe’. El snowboard, en sí, ha evolucionado muchísimo, de una forma increíble. Nunca me hubiera imaginado en ese momento que llegara al nivel en el que estamos ahora. Es una locura. Tanto los chicos, como las chicas. Las instalaciones que se han creado para poder llegar a conseguir trucos mucho más difíciles también forma parte de esa evolución; y es un poco la razón de que estemos donde estamos. Y creo que van a aparecer más cosas, para lograr trucos aún más difíciles.

Queralt también ha cambiado mucho. Infinitamente. Cambio cada día, como todos los demás. Todos nos reinventamos día a día, para seguir avanzando, para empujar, siempre pensando en sacar algo más de nuestro rendimiento. Eso es una suerte, también.

P: En los Juegos de Vancouver (Canadá), en 2010, cuando iba segunda tras la primera ronda en Cypress Mountain, se golpeó la cabeza entre mangas y, aunque estaba perfectamente, observando el protocolo médico, no la dejaron seguir compitiendo y, por precaución, la mandaron a un hospital. ¿Fue ése el peor momento de su carrera; o, al menos, de su experiencia en unos Juegos?

R: Al contrario. La verdad es que para mí, Vancouver fue un ‘subidón’. Esa temporada y puede que la anterior es en la que empecé a lograr buenos resultados y a dejar una marca en el panorama internacional. Estaba ganando en el Dew Tour, me empezaban a invitar a los X Games… era como decir “ok, ya estoy aquí, con las mejores del mundo”. Y para mí, ese momento fue el principio parte del proceso. Iba segunda. Luego, en la final, no me dejaron competir.

P: ¿Y eso no fue un mal rollo?

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R: No. Para nada. Solamente el saber que en mi manga iba segunda a mí me demostraba todo. Me decía que estaba en el camino correcto.

P: El mejor, sin duda, tuvo que haber sido el de los Juegos de Pekín 2022, ¿no?. Primero, fue la abanderada del equipo español; y luego ganó la medalla de plata; la quinta en toda la historia de España y el trofeo más valioso que ha ganado una mujer española en una cita olímpica invernal. ¿Qué recuerdos tiene, de esos momentos’

R: La verdad es que fue algo increíble. Yo estaba ahí y ya el primer día me dijeron que mi entrenador no podía venir, porque había pillado el covid; y que mi ‘fisio’ tampoco, porque tuvo otro problema. Estaba completamente sola, de repente. Y recuerdo que mi reacción fue como de decirme a mí misma “no pasa nada”.

No me afectó. Para nada.

Iba a seguir con el objetivo que tenía. Y lo hice. Llegué con una claridad mental y una tranquilidad tremenda, sabiendo que tenia la oportunidad de competir. Al final, la que estaba ahí era yo; que era la única que tenía que estar ahí. Lo veía tan claro… Al final disfruté de la semana, de la competición, del podio y de todo lo que vino. EFE

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Adrián R. Huber

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