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Crimen y Justicia

Director gazatí pide objetividad ante el arte palestino: “No ayuda que se aplauda todo”

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El galardonado realizador gazatí Rashid Masharawi, en una entrevista con EFE este jueves en el festival de cine de El Gouna, del que es jurado. EFE/ Isaac J. Martín

El Gouna (Egipto), 23 oct (EFE).- El galardonado realizador gazatí Rashid Masharawi asegura en una entrevista con EFE que el arte audiovisual palestino debe ser tratado objetivamente e igual que cualquier otro, y que no por apoyar la causa palestina hay que “aplaudir todo” lo que se hace, porque eso “no ayudará al cine palestino”.

“Si piensas últimamente en todos los cineastas palestinos, por cierto, tenemos más mujeres que hombres cineastas, verás películas palestinas en Cannes, Berlín, Venecia, Toronto, en los festivales más grandes del mundo. Y no es por la situación política, sino porque esos cineastas piensan en cine. Quieren ser buenos cineastas. Experimentan con el cine”, afirma desde el festival de cine de El Gouna, del que es jurado.

Por ello, Masharawi incide desde esta ciudad egipcia, a orillas del mar Rojo, en que no están esperando “solidaridad”.

“Miradnos como cineastas. Criticadnos como cineastas. Si les gusta la película o no, escribidlo. Pero no sean activistas que aplauden todo lo palestino solo por apoyar Palestina. Eso no ayudará al cine palestino”.

Él mismo dice que no le agrada “todo lo palestino por ser palestino” y, de hecho, hay “muchas cosas” que no le gustan, algo que queda reflejado en la mayoría de sus películas, como los filmes ‘Haifa’ o ‘El cumpleaños de Laila’.

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El difícil camino de la distribución

La última película de Masharawi es ‘From Ground Zero’ (2024), una cinta que reúne veintidós cortometrajes rodados en el corazón de Gaza durante la guerra israelí iniciada en 2023 -y que diversos relatores de la ONU, ONG y un número creciente de países califica como un genocidio- y que abarca géneros muy diversos: ficción, documental, animación, docuficción e incluso experimental.

Esta colección fue inicialmente aceptada para su proyección en el Festival de Cine de Cannes del año pasado, pero fue retirada por motivos políticos. Como protesta, Masharawi organizó su propia proyección de la cinta fuera del recinto del festival.

“Antes de la guerra hice nueve largometrajes, muchos documentales y cortometrajes. Y la distribución siempre fue difícil. Las películas que pude distribuir, o que fue posible distribuir, fueron las que obtuvieron reconocimiento”, indica.

Pero también sabe que “puede ser difícil mostrar películas palestinas hechas durante la guerra, porque la gente ve mucho sobre Palestina día y noche, donde sea que pongas la televisión. Entonces, ¿qué más se puede decir o añadir, cuando la gente ya tiene una imagen formada?”, critica.

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Y es que hacer una obra audiovisual palestina “no es fácil”, ya que las películas “normalmente no son comerciales”.

“No es que queramos hacer películas políticas, pero lo son, porque hablamos de nuestra vida, y nuestra vida está ligada a la política. Yo soy refugiado, nací y sigo viviendo bajo la ocupación israelí”, agrega el director y guionista, que nació en 1962 y creció en el Campamento de Shati, en la Franja de Gaza.

Otras cintas han tenido que buscar plataformas de distribución independientes para poder mostrar sus películas. Por ejemplo, la ovacionada y ganadora del León de Plata Gran Premio del Jurado en la última edición de Cannes, ‘The Voice of Hind Rajab’, de la tunecina Kaouther ben Hania, aún no tiene distribuidor estadounidense.

“Nadie puede ocupar el cine”

El director palestino, que fundó Masharawi Fund con el fin de empoderar a los cineastas de Gaza mediante apoyo financiero y formación, está seguro de que “Israel es un accidente en la vida palestina” que “dura mucho tiempo” y del cual se ha “pagado un precio enorme”.

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Entretanto, los palestinos siguen filmando, haciendo nuevas películas, aunque la guerra continúe: “Porque nuestros cineastas no son solo narradores de historias: ellos también son la historia. De hecho, en el 70 u 80 % de las películas, el cineasta habla de su propia experiencia, su familia, su vida o de algo que le afecta profundamente y necesita expresar”.

Por ello, insiste en que “nadie puede ocupar el cine” ni tampoco los sueños.

“Israel, en los últimos 80 años, su sueño ha sido acabar con toda la existencia palestina, el decir: ‘toda esta tierra es nuestra’. Pero no lo han logrado hasta ahora. Porque tenemos esperanza, porque soñamos, porque pensamos en el mañana, porque amamos la vida. Y especialmente el cine”.

Porque el cine pertenece “a la imaginación, los pensamientos, la vida, los sueños y el amor. El cine puede contener todo eso. Nadie puede ocuparlo”, sentencia.

Isaac J. Martín

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