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Medio Ambiente

Rumbo a la COP30: El marco geopolítico lastra las expectativas de una cita que exige ambición

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Fotografía del 02 de agosto de 2025 que muestra las obras de ampliación del aeropuerto de Belém (Brasil). Las obras del aeropuerto presentan un avance del 85 % a menos de 100 días en que la ciudad brasileña acoja la próxima Conferencia sobre el Cambio Climático de la ONU (COP30). EFE/ Marx Vasconcelos/Archivo

Redacción Medioambiente, 27 oct (EFE).- En vísperas de la COP30 de Brasil en noviembre, que reunirá a los países para intentar frenar el calentamiento global, el marco geopolítico rebosa tensión, a causa de guerras y conflictos comerciales importantes que lastran las expectativas de una cumbre que exige fijar una “hoja de ruta” climática más ambiciosa.

“Si esperamos que esta cumbre lo solucione todo, con expectativas desmesuradas, saldremos decepcionados”, asegura tajante la profesora de Teoría Económica e investigadora del Real Instituto Elcano español Lara Lázaro, en declaraciones a EFE.

El foco político está más centrado “en la seguridad económica, energética y humana que en la emergencia climática”, en otro nivel de prioridades, advierte la experta.

Conflictos armados, tensiones comerciales significativas a nivel internacional, desconfianza entre países…  La situación mundial es “más complicada que hace cinco años, el momento político no es el más propicio para avanzar hacia nuevos compromisos climáticos”.

Lázaro advierte de que el verdadero trabajo para implementar acuerdos ocurre entre las propias cumbres, no tanto en ellas en sí; la COP30 será “fundamental” en todo caso, por la presentación de una nueva ronda de compromisos climáticos por parte de los países y porque se espera un acuerdo sobre los indicadores de adaptación, entre otros.

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Una nueva hoja de ruta

La COP30 “debería servir para trazar una hoja de ruta que permita cerrar la llamada brecha de ambición; ajustar la diferencia entre lo comprometido y las acciones para mantener el calentamiento global por debajo de 1,5 °C”, ha dicho.

Lo ideal sería que Belém dejara “un plan claro” para reducir esa brecha y movilizar a todos los actores: gobiernos, empresas y sociedad civil.

Además, la transición justa y la financiación climática deben estar en el centro. “Solo así podremos decir que avanzamos realmente hacia un futuro sostenible”, según la experta.

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“Es fundamental que la hoja de ruta de Bakú-Belém sirva para alcanzar los 1,3 billones de dólares en financiación climática internacional a 2035”, afirma.

“Pero más allá de las cifras, lo importante es que los flujos financieros públicos y privados se alineen con los objetivos de descarbonización”.

 

Planes climáticos más ambiciosos

La COP30 marca el horizonte fijado según el Acuerdo de París -de cuyo aniversario se cumplen diez años- para la presentación de nuevos planes nacionales o NDC por parte de los países con el compromiso de aumentar la ambición climática; la fecha límite oficial para presentarlos era el mes de febrero de 2025 pero muchos aún no lo han hecho, incluyendo la UE y la India.

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El objetivo de limitación del aumento de las temperaturas, establecido en el Acuerdo de París es mantener el calentamiento global por debajo de 2 ºC, haciendo esfuerzos para limitar dicho aumento a 1,5 ºC, aunque el mundo se aleja cada vez más de esos límites.

Los científicos advierten de las graves consecuencias ambientales y socioeconómicas de un aumento de la temperatura superior a esos niveles como evidencian fenómenos como las olas de calor, inundaciones o sequías cada vez más severas y frecuentes.

 

Escollos políticos y económicos

Lázaro se ha referido a la salida por segunda vez del emblemático Acuerdo de París de un país tan contaminante como Estados Unidos, históricamente el primero de la lista y ahora el segundo; el ejemplo de EE.UU. de mirar a otro lado en la lucha climática puede reducir la ambición de otros territorios del mundo, ha lamentado.

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A ello se añade, la inusual postura de la UE que tradicionalmente ha sido la locomotora de la acción climática, pero que sin embargo va “con retraso” en la presentación ante Naciones Unidas de sus nuevos objetivos climáticos.

Algunas medidas de la UE están generando tensiones con algunos países como China en el marco de las negociaciones climáticas por considerarlas una medida unilateral proteccionista y un freno económico.

Es el caso, ha dicho, del Mecanismo de Ajuste en Frontera por Carbono de la Unión Europea con un precio a las emisiones incorporadas en mercancías importadas a la UE para evitar fugas de carbono.

 

Europa contra reloj

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Lázaro considera esencial que la UE llegue a Belém con su nuevo compromiso nacional (NDC) actualizado. “Se tenía que haber presentado el 10 de febrero, pero vamos con retraso”.

La UE, que negocia bajo el paraguas común de los Veintisiete, ha anunciado hasta el momento “una declaración de intenciones” para situar la reducción de emisiones entre el 66,25 % y el 72,5 % en 2035 respecto a 1990.

Aunque ese rango está en línea con los objetivos de 2030 y 2050 según la UE, se mantiene aún abierto el debate sobre la idea de reducir un 90 % las emisiones en 2040 en comparación con las de 1990.

“Sería muy negativo para el liderazgo de la UE no llegar a Belém con un objetivo ambicioso y coherente con la trayectoria de Europa”.

Por otra parte está China, que será un actor decisivo. Su respaldo al multilateralismo será “decisivo para enviar una señal al mundo de que el primer emisor sigue comprometido con la acción climática”.

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“Sin China no hay acción climática; representa el 30 % de las emisiones globales”, ha recordado la experta.

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