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Cuatro años de estado de guerra entre Polisario y Marruecos sin desbloqueo político

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Vista de un campamento de refugiados saharauis de Tinduf, Argelia. EFE/Mahfud Mohamed Lamin Bechri

Argel/Rabat, 14 nov (EFE).- Cuatro años después de que el Frente Polisario diera por roto el alto el fuego con Marruecos, un centenar de saharauis han muerto y miles se han visto desplazados de la «zona colchón» del Sáhara Occidental ante la presión militar marroquí, sin haber conseguido apoyos para su causa y con un presidente electo estadounidense que defiende la soberanía marroquí sobre ese territorio.

Desde entonces se registran ataques esporádicos de una y otra parte, con escaladas contenidas como la del pasado sábado cuando un proyectil del Polisario impactó en las inmediaciones de un evento conmemorativo de la Marcha Verde en el que participaban responsables gubernamentales marroquíes que recordó el estado de guerra.

Durante el congreso trienal de enero de 2023, el movimiento independentista saharauí aprobó, como nueva estrategia, «intensificar la lucha armada» contra Marruecos en la excolonia española, administrada en un 80% por Rabat.

Pero en estos cuatro años, Marruecos se ha hecho con el favor de España y recabó en julio el apoyo directo de Francia para su plan de autonomía sobre este territorio, mientras, el Enviado Personal de la ONU para el Sáhara Occidental, Staffan de Mistura, muestra su impaciencia por el bloqueo al proceso de paz y pidió ante el Consejo de Seguridad a Marruecos «que detalle su propuesta de autonomía».

Con EE.UU. como miembro permanente y con derecho a veto en el Consejo, Donald Trump volverá en enero a la Casa Blanca con la resolución bajo el brazo que aprobó poco después de la ruptura del alto el fuego, en diciembre de 2020, que reconocía la soberanía de Rabat sobre el excolonia a cambio del restablecimiento de los lazos entre Marruecos e Israel.

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Guerra de baja intensidad

Tras una operación militar marroquí del 13 de noviembre de 2020 para expulsar a militantes saharauis que bloquearon durante semanas el paso fronterizo de Guerguerat entre el Sáhara y Mauritania, el Polisario dio por violada una tregua de 30 años y comenzaron los ataques.

El Frente dispara con artillería y Marruecos con drones, principalmente en la llamada ‘zona colchón’, una franja de tierra a lo largo de la frontera con Mauritania y Argelia.

De forma esporádica los ataques han traspasado esta franja, como en octubre del año pasado, cuando Marruecos denunció la muerte de un civil de 23 años y tres heridos por disparos sobre Esmara, localidad alejada de la valla que separa el 80% del territorio que controla Rabat y el administrado por el Polisario.

El Polisario informa regularmente con partes de guerra de sus ataques y sobre bajas en «filas enemigas», el Ejército marroquí, aunque niega atentar contra objetivos civiles, mientras Marruecos mantiene una política de silencio sobre la actividad bélica.

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El exministro marroquí Mustafa Jalfi sí considera que los disparos contra Mahbes y el ataque en octubre de 2023 contra Esmara confirman a la «organización separatista», Polisario, como un organismo que «atenta contra los civiles».

Jalfi afirma que Marruecos «no está en estado de guerra» y califica los ataques del Polisario de «escaramuzas marginales, limitadas y sin ningún efecto» sobre los cuales el país magrebí informa al Consejo de Seguridad.

Aunque Rabat ha reforzado su vigilancia, sobre todo desde el aire, lo que ha provocado un desplazamiento de miles de familias saharauis desde la franja del Sáhara hacia los campamentos de Tinduf, en territorio argelino confirmaron EFE civiles nómadas que pastoreaban en esta zona.

Según la Oficina Saharaui de Coordinación de las Actividades relativas a las Minas (SMACO), los drones marroquíes han causado 120 víctimas mortales, la mayoría saharauis y mauritanas, además de tres argelinos, cinco sudaneses, cuatro malienses y ocho de nacionalidad desconocida.

El jefe de operaciones de SMACO, Gaici Nah Bachir, alerta en declaraciones a EFE de una contaminación masiva por restos explosivos que hacen inhabitable esta pequeña franja del Sáhara Occidental, la única que controla el Polisario.

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«Hemos certificado en muchas ocasiones, el uso de municiones no convencionales», dice el jefe de operaciones de SMACO que apunta a la utilización de «drones israelíes» por parte de Marruecos.

Sin grandes acontecimientos en el campo de batalla, pese al coste humano, el Polisario reconoció los disparos del pasado sábado contra Mahbes aunque no asumió intencionalidad contra la ceremonia que conmemoraba la Marcha Verde, lanzada en 1975 por el difunto rey Hassan II para tomar el control del Sáhara Occidental, días antes de formalizarse el pacto de Madrid, en el cual España cedió el territorio a favor de Marruecos y Mauritania.

Para el analista marroquí, la ruptura del alto el fuego «acabó con la ilusión de la opción militar como solución y de la ilusión de los territorios liberados», al referirse a la zona controlada por el Polisario donde los combatientes saharauis no pueden moverse libremente tras la operación militar de Guerguerat.

Los vídeos que trascendieron de los disparos del sábado contra Mehbes, entre sonidos de explosiones y conmemoraciones, ilustraron las dos diferentes visiones del estado de guerra y también del origen de un conflicto en un territorio no autónomo que, según la ONU, continúa en proceso de descolonización.

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