Clima y desastres
El ascenso de temperaturas, combustible para intensificación de fenómenos meteorológicos
Lourdes Uquillas
Redacción Medioambiente, 17 nov (EFE).- El ascenso de la temperatura global es el origen del impacto de fenómenos climáticos cada vez más intensos como los huracanes, las inundaciones o las sequías prolongadas, según expertos consultados por EFE en el marco de la celebración en Bakú de la vigésimo novena Cumbre del Clima (COP29).
Este impacto de fenómenos cada vez más intensos está dejando a su paso pérdidas en vidas humanas, biodiversidad e infraestructuras difíciles de cuantificar.
En España, las dos últimas danas (depresión aislada en niveles altos) que han tenido lugar en distintos puntos del país -sobre todo en Comunidad Valenciana, Andalucía y Castilla-La Mancha-, con fuertes lluvias y potentes rachas de viento, han causado, hasta el momento, 225 muertos y hay 14 desaparecidos.
En el sureste de Estados Unidos, los huracanes Helene y Milton provocaron más de 230 muertes entre finales de septiembre y principios de octubre.
Algo más tarde, Óscar se formó como huracán y afectó Cuba con consecuencias desastrosas para su sistema de energía deficitario en infraestructuras.
Otro ejemplo de fenómeno extremo es el del Sáhara, que registró lluvias inusuales y sucesivas en septiembre que crearon lagunas entre las dunas en el sureste de Marruecos, un fenómeno que no se producía desde hacía cincuenta años.
Fenómenos más intensos
Expertos consultados por EFE coinciden en que el ascenso de la temperatura en el planeta, tanto en tierra como en los océanos, es el factor determinante para la intensificación de los fenómenos meteorológicos.
El físico y meteorólogo José Miguel Viñas explica a EFE que los fenómenos meteorológicos extremos «han existido siempre, pero ahora tienen un plus de intensidad para ser más extremos», porque en el sistema donde se generan hay «más energía disponible, gracias al ascenso de la temperatura del aire, pero también de la del océano, que aporta energía calorífica a huracanes, tormentas, ciclones en todo el mundo».
El físico de Meteored es rotundo al afirmar que «la intensidad de los fenómenos extremos está aumentando, pero en el caso de la frecuencia no está tan claro que haya más tormentas que hace 30 o 40 años» y aún es pronto para confirmarlo, porque, aunque existe una variación, «se necesita más tiempo de estudio».
Con el foco en Europa o España, subraya que «sí se está produciendo un patrón meteorológico diferente», y apunta que a pesar de que no existen aún estadísticas completas, «sí parece que está aumentando algo la frecuencia del descolgamiento de aire frío» desde el norte continental y de la formación de las danas.
Sobre el análisis de las estadísticas de los huracanes, remarca, se ve que «se intensifican mucho más rápidamente cuando se generan y hay fenómenos mucho más extremos».
La AMOC, El Niño y La Niña
Viñas precisa que cualquier alteración de los sistemas naturales puede afectar a la cadena sucesiva, y así comenta que de cumplirse las proyecciones de estudios científicos sobre la circulación de vuelco meridional del Atlántico (AMOC por sus siglas en inglés), se daría «un giro bastante grande al clima europeo».
Señala que los científicos han detectado «una ralentización de la AMOC», el flujo superficial que transporta energía térmica de los trópicos y el hemisferio sur hacia el Atlántico norte, lo que llevaría a que se produzca «lo contrario de lo que está ocurriendo», es decir, «un enfriamiento en una región grande, como puede ser el norte y el centro de Europa».
Además, dice, se han detectado «cambios en las corrientes que hay rodeando la Antártida», aunque no tan marcados como la AMOC, que tendrían una influencia en las corrientes oceánicas de El Niño y La Niña. Ambas situaciones están provocadas por el deshielo, en el primer caso en Groenlandia y en el segundo, en la Antártida occidental.
Respecto a El Niño, manifiesta que se está observando en los últimos años que es más frecuente y «dispara las oscilaciones de temperatura en toda la Tierra, mucho más que hace años». Estas anomalías con ascensos de temperatura «ahora se van encadenando y se han convertido en una situación constante». Además influyen en todo el planeta y tienen conexiones con la pluviometría.
El portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología española (Aemet), Rubén del Campo, coincide con Viñas en que es la temperatura global la que está provocando la intensificación de los fenómenos meteorológicos.
En el caso de la dana en la Comunidad Valenciana, Del Campo añade que han confluido una serie de factores «como los fuertes ascensos de aire desde la superficie a niveles medios y altos de la troposfera, un aire -además- que tenía un alto grado de humedad, al llegar después de un largo recorrido por el Mediterráneo».
Ambos factores, junto con efectos más locales como la presencia de sierras y la regeneración continua de las tormentas en una misma zona, originaron una cantidad de precipitación extraordinaria.
Recuerda que la Organización Meteorológica Mundial (OMM) se hizo eco de un estudio en el que se afirmaba que este tipo de fenómenos «son el doble de probables por el cambio climático».
Añade el portavoz, que también se ha observado «un aumento de la frecuencia de los episodios de mayor intensidad de lluvias en el Mediterráneo en los últimos años».
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