El camino de Liliana Concha al cielo se llenó de luz

Raleigh, N.C., 17 de enero de 2024- Más de 300 personas acudieron a la vigilia organizada por El Centro Hispano para rendirle honor a la memoria de la colombiana Liliana Concha, quien fuera asesinada el pasado 9 de enero, por herida de bala infligida por su expareja, Gerardo Obando Villalobos, en Raleigh.

Todos colocaron una vela encendida frente a su foto, en señal de que como comunidad unida estaban llenando de luz el camino que la conducirá al Reino de los Cielos.

La vigilia cobró vida el pasado lunes 15 de enero, a las 6 p.m., en la sede de El Centro Hispano, ubicada en el 421 Chapanoke Road, Raleigh, reuniendo en un solo abrazo a más de 300 personas.

El tributo fue bilingüe.

El padre Gonzalo Mazarrasa, de la Iglesia Inmaculada Concepción de Durham, asumió la responsabilidad de liderar el tributo póstumo y sus primeras palabras fueron las siguientes:

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“Esta noche estoy aquí como sacerdote, como hijo de Latinoamérica, como Colombia y tengo un gran dolor por esta familia que ha perdido a esta madre, a esta hija y a esta hermana. Estos crímenes contra las mujeres no pueden seguir sucediendo”. 

“No es justo que estemos aquí en El Centro Hispano, una sede de servicio y bienestar social, para lamentar esta tragedia. Esto no es justo. Una vida tan bella y valiosa, la vida de una hija de Dios, se ha cortado”, agregó.

Invitó a los presentes a ser parte de un cambio ante los feminicidios.

“Esto es dolorosísimo. Como comunidad latina, tenemos que cambiar nuestras mentes. Esto es parte de nuestra cultura latinoamericana: que a la mujer no se le respeta, que a la mujer se le trata como propiedad y esto no puede seguir pasando”, dijo.

Pidió a los presentes orar para que la familia de Liliana consiga consuelo y paz.

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“Oremos por esta hija que ahora entra a la Casa de Dios y roguemos porque reine la paz en todos nuestros países para que situaciones tan lamentables como estas nunca vuelvan a suceder. Somos hijos de Dios. Cada vida es valiosa”.

Mauricio Concha, el hermano de Liliana, pronunció la primera lectura y, por momentos, no podía contener sus lágrimas.

Un salmo responsorial cantado y acompañado con el sutil sonido de un piano motivó a los presentes a cantarle al recuerdo de Liliana la frase “El Señor es mi Pastor. Nada me falta”.

La segunda lectura la hizo el sacerdote.

“Dichosos los que lloran porque serán consolados”, dijo.

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Antes de concluir su servicio, recordó a los presentes también deben orar por el alma de Gerardo Obando Villalobos.

Emotivas palabras

Pilar Rocha, presidenta de El Centro Hispano, fue la primera en tomar la palabra para honrar la memoria de quien ella calificó como “una gran mujer con quien tuve 19 años de amistad”.

Tras leer un poema que el dueño de Villa Latina, Tae Park, compuso para Liliana, Rocha dijo que “ella era una gran mujer, muy querida y con un gran servicio a la comunidad. Todavía recuerdo nuestras conversaciones sobre beneficios para nuestras familias desde la Cooperativa Latina y El Centro Hispano. La última vez que hablamos fue acerca de la donación de unos juguetes que recogieron en la oficina para donar a nuestros niños”, relató con un nudo en la garganta.

Pilar Rocha hizo un llamado a la acción para acelerar la equidad, la inclusión y el derecho a la seguridad de las mujeres en Carolina del Norte. 

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“Es momento de hablar del feminicidio y tipificarlo como un delito en los Estados Unidos”, señaló finalmente.
Tomaron el micrófono el hijo mayor de Liliana, acompañado de su esposa y su primera nieta, y también su hija menor. Agradecieron las incontables muestras de cariño que han recibido e invitaron a los presentes a perpetuar la vida de Liliana en cada uno siendo compasivos, solidarios y unidos, perdonando y viviendo en paz.

Mauricio Concha agradeció a Pilar Rocha su apoyo incondicional y la organización de la vigilia.
Nueve participaciones más reafirmaron el profundo aprecio que sentía la comunidad por esta mujer latina, dentro de las cuales destacó la del equipo de trabajo de la compañía COGU, fundada por Liliana.

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