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El G20 de Río escenificará el adiós de Biden y el primer encuentro entre Lula y Milei

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Fotografía de los alrededores del Museo de Arte Moderno (MAM) en Río de Janeiro (Brasil), donde la cumbre del G20 que se celebra en Río de Janeiro el próximo lunes y martes estará marcada por momentos de alto voltaje político, como la despedida internacional del presidente de EE.UU., Joe Biden, o el primer encuentro entre el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva y el argentino Javier Milei tras meses de tensiones. EFE/ Antonio Lacerda.

Río de Janeiro, 16 nov (EFE).-La cumbre del G20 que se celebra en Río de Janeiro el próximo lunes y martes estará marcada por momentos de alto voltaje político, como la despedida internacional del presidente de EE.UU., Joe Biden, o el primer encuentro entre el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva y el argentino Javier Milei tras meses de tensiones.

Biden será el claro protagonista de una reunión en la que se espera la asistencia de representantes de los 19 países miembros del G20, además de los de un puñado de naciones asociadas y de organizaciones como la Unión Europea y la Unión Africana.

Esta supondrá la última participación del estadounidense en una gran cumbre internacional antes de dejar la Casa Blanca en enero y pasarle el bastón de mando a Donald Trump, victorioso en las recientes elecciones frente a la vicepresidenta y candidata demócrata Kamala Harris.

La Casa Blanca explicó en un comunicado que el objetivo del mandatario en la cumbre será empujar a los países a trabajar en conjunto sobre temas como la pobreza, el cambio climático y el sobreendeudamiento de naciones en vías de desarrollo.

Además, está previsto que el presidente se reúna con Lula en los márgenes del encuentro para mandar un mensaje de apoyo a «los derechos de los trabajadores» y a «un crecimiento económico limpio».

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Junto a Biden, se espera la presencia de otros defensores de una agenda internacional progresista, como el canadiense Justin Trudeau o el alemán Olaf Scholz, para quienes este también puede ser el último G20 al enfrentar elecciones complicadas en 2025.

El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, viajará a Río de Janeiro en calidad de invitado permanente de este grupo de países, después de perderse la cumbre celebrada el año pasado en Nueva Delhi por un contagio de covid-19.

La mayoría de líderes occidentales, mucho más cercanos a Biden que a Trump, ven con recelo la vuelta al poder del republicano, cuyo nacionalismo del «América primero» ya causó rifirrafes políticos y comerciales con otras naciones en su primer mandato.

El chino Xi Jinping, con quien Biden ha mantenido una relación tranquila, también tendrá ocasión de despedirse del mandatario estadounidense antes del regreso del líder republicano y de su agenda de aranceles comerciales a los productos asiáticos.

Por otra parte, el argentino Milei, admirador de Trump y crítico del multilateralismo, se estrenará en el G20, después de que el miércoles la delegación del país latinoamericano se retirara abruptamente de la COP29, la cumbre climática de la ONU que se celebra estos días en Azerbaiyán.

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Además, tendrá su primer cara a cara con Lula, a quien ha tachado de «comunista» y de «perfecto dinosaurio idiota», ataques por los que el mandatario brasileño dijo que Milei debía disculparse con él y con Brasil.

Pese a las diferencias ideológicas, ambos quieren firmar cuanto antes el acuerdo comercial entre el Mercosur y la Unión Europea, que estará representada en la cumbre por la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, reelegida en julio para un segundo mandato.

También se espera la presencia del mandatario sudafricano Cyril Ramaphosa, cuyo país presidirá el G20 a partir de este mes y que también forma parte de los BRICS, el grupo de naciones emergentes que comparten una visión crítica con el actual orden internacional.

Más allá de las asistencias, se hará notar la ausencia del ruso Vladímir Putin, quien fue invitado por Lula pero finalmente decidió no viajar, al pesar sobre él una orden de arresto de la Corte Penal Internacional por su papel en la invasión de Ucrania.

La cumbre supone la culminación de los esfuerzos de la diplomacia de Lula por devolver a Brasil a un lugar central de la comunidad internacional, tras la mala imagen que generó el Gobierno del expresidente ultraderechista Jair Bolsonaro.

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