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Embarazo y crianza respetuosa

Ya eres madre o padre, aunque aún tu hijo(a) no esté en tus brazos, mientras estás en la dulce espera ¿Lo habías pensado antes?

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Tamara Zurita – @Tualiadaenlacrianza

Cuando nos enteramos de que estamos esperando a nuestro bebé, inmediatamente asistimos a nuestros controles médicos, preparamos la habitación, compramos su primera ropa, sus pañales y todo aquello que necesitará tras su llegada a este mundo. 

En algunos casos, tomamos clases de preparto en donde el foco está en la preparación para el momento del nacimiento y en otros casos, tomamos clases centradas en nuestra experiencia como embarazadas, para conectar con nosotras mismas y con nuestros hijos, como por ejemplo, en las clases de yoga prenatal.

Sin embargo y por mi experiencia, no nos preparamos realmente para acompañar la VIDA de nuestros hijos (as). 

Si pudiésemos comprender desde un inicio que no somos padres de “un recién nacido”, de un “niño pequeño”, de un “preadolescente”, de un “adolescente” o de “un adulto” y entender que estas etapas solo representan periodos de la vida de nuestros hijos (as), quizás podríamos observar este escenario de una manera diferente. 

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Cuando hay un embarazo en tu familia, “vas a ser madre o padre”, o estás a la “espera” para serlo. Sin embargo, esta también es parte de una de las etapas de la vida. Ya eres madre o padre, aunque aún tu hijo(a) no esté en tus brazos. ¿Lo habías pensado antes?

Conversar y reflexionar acerca de la crianza de tus hijos (as) en la etapa del embarazo, te permite ir avanzando de manera anticipada a los desafíos que irán surgiendo a medida que tus hijos (as) crezcan, así como también ir haciendo cambios internos y externos que te ayudarán a transitar por la maternidad y paternidad de una manera consciente y respetuosa. 

Conversar acerca de las áreas de desarrollo de nuestros hijos (as) te ayudará a comprender que los primeros años son clave y representan la base de la vida. 

Conoceremos cómo podemos trabajar el lenguaje, el pensamiento, las emociones, las formas de vincularnos, la relación con nosotros mismos y con quienes nos rodean, la forma de expresarnos, de proyectarnos, de confiar en nosotros y en los demás, entre tanto más.

Comprender que cada persona es distinta y que cada uno de nosotros y de tus hijos, tendrá diferentes necesidades de apoyo, te permitirá focalizar tus energías y responder a las verdaderas necesidades de tus hijos (as). Y quizás, por primera vez, también podrás ver y responder a tus propias necesidades. 

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Conversar de la rutina que llevas, tus tiempos personales, tus emociones, tus heridas de infancia, tus bloqueos, tus dificultades, tus miedos y ansiedades, y también reconocer tus fortalezas, alegrías, logros y forma de ver la vida, te permitirá un grado de autoconocimiento tal que podrás confiar en ti y en tus procesos y a la vez, poder sanar aquello que aún duele, adquirir nuevas herramientas y comenzar con tiempo a probar nuevas estrategias.

Conversar acerca de tus pataletas o rabietas de infancia, los límites, la violencia socialmente aceptada por generaciones, tu paso por la adolescencia y adultez, también te dará un claro panorama para adelantarte y tomar decisiones respecto a las pataletas de tus hijos, a los limites desde el amor y no desde el miedo, al paso a la adolescencia de una manera suave y cercana, a la prevención de la depresión, suicidio, trastornos de ansiedad, estrés, fatiga crónica, violencia de pareja, violencia en la escuela, en el trabajo, entre otras. 

Conversar acerca de la maternidad y paternidad activa, revisar las rutinas y creencias, llegar a acuerdos, comprender realmente que ambos, padre y madre, somos protagonistas, necesarios y complementarios en el desafío de la crianza, podrá evitar que vivamos desbalances, frustraciones, injusticias, violencia, humillaciones, sobrecarga, abandono, entre otras situaciones. 

 

Red de apoyo

Si estás leyendo este artículo y no estás junto al padre de tu hijo (a), entonces es momento de preparar tu “red de apoyo” e ir sanando poco a poco esas heridas. 

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Recordemos también que un gran porcentaje de madres, aún estando con el padre de sus hijos (as), se sienten solas en este desafío, por lo que volver al balance entre maternidad y paternidad activa también es parte de la preparación que nuestro hijo (a) requiere. 

Es importante recalcar en este punto, que en la actualidad muchos padres varones están dispuestos y quisieran tomar su rol de manera activa. Tristemente, observo que somos las mismas madres quienes ponemos barreras en estos casos. 

Hoy te invito a no esperar a que lleguen las etapas de tus hijos (as) para tomar acción.

Hoy estás en el mejor momento para estar listo para recibir a tu hijo (a) en este mundo. 

Si estás interesad@ en sesiones personalizadas, escríbeme a 919-9862506.

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