Clima y desastres
Incendios tienen un efecto «devastador» en la vida y alimentación de comunidades indígenas
La Paz, 20 sep (EFE).- El director del Programa Mundial de Alimentos (PMA) en Bolivia, el español Alejandro López-Chicheri, visitó las comunidades indígenas de la Chiquitania afectadas por los grandes incendios forestales que azotan al país andino desde hace dos meses y dijo en una entrevista a EFE que el fuego ha dejado “un desastre de magnitudes colosales”.
«Para estas comunidades indígenas que viven del bosque y se alimentan de él es el final de su vida. El efecto es devastador, es completo», remarcó López-Chicheri.
Varios bosques primarios, de donde las poblaciones indígenas consiguen alimento y agua, quedaron aniquilados «en su totalidad» y los incendios acabaron incluso con árboles «centenarios» y con sus casas, describió el director.
«Muchas de estas comunidades viven de la castaña, la castaña se recoge en octubre y los árboles se han quemado con lo que se va a afectar gravemente su seguridad alimentaria», añadió el director del PMA.
Por esto el PMA entregará un bono a 1.500 familias indígenas afectadas por los incendios forestales en Bolivia con la proyección de que esa ayuda se amplíe a 5.000.
El beneficio consiste en otorgar por dos meses un bono mensual de entre 60 y 80 dólares por familia y que beneficiará a 4.500 personas para «cubrir sus necesidades básicas» mientras perdura el riesgo, agregó.
López-Chicheri mencionó que esta operación de emergencia pretende alcanzar a unas 5.000 familias y así cubrir «por lo menos a la mitad» de lo que el Gobierno de Bolivia solicitó, que es de 10.000 damnificadas (25.000 personas) por los incendios forestales.
El objetivo se alcanzará con 1,1 millones de dólares, una cifra que el PMA buscará captar con el apoyo de todos sus donantes.
Esta acción está orientada principalmente a mujeres de comunidades indígenas que han perdido sus hogares, desplazadas, en situación extrema, con varios hijos y menores.
La previsión del PMA es que un 70 % de esa ayuda sea utilizada para la compra de comida, mientras que el resto sea para costear algunos gastos escolares y médicos, esto último para tratar las afecciones por la elevada contaminación del aire.
El director del PMA en Bolivia indicó que la situación es incierta, ya que no se sabe si cuando pasen los incendios, las familias forzadas a desplazarse regresen a sus territorios comunales, puesto que no es probable que el bosque se recupere en corto tiempo.
Se buscará «no solo rehabilitar las cosas que se han perdido» sino trabajar para que las comunidades indígenas reciban entrenamiento y capacitaciones sobre alerta temprana a fin de que estén preparadas para futuras emergencias, sentenció.
El país andino afronta desde mayo los efectos de los incendios forestales que, según cifras oficiales, devastaron más 3,8 millones de hectáreas de bosques y pastizales.
El Gobierno declaró «emergencia nacional», por lo que el país está abierto a la ayuda internacional, mientras que ordenó una «pausa ambiental indefinida» que pone en suspenso las quemas autorizadas o ‘chaqueos’, que se hacen para habilitar las tierras para el cultivo y la ganadería.
Bolivia sufre una de las peores crisis ambientales en los últimos años, después de que en 2019 se registraron 5,3 millones de hectáreas de bosques y pastizales devastados por los incendios.
Gabriel Romano Burgoa
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