Crimen y Justicia
Jefe de los cascos azules: FINUL no puede abandonar sus bases porque otros las ocuparán
Naciones Unidas, 16 oct (EFE).- La Fuerza Provisional de las Naciones Unidas para el Líbano (Finul) va a continuar «en todas sus posiciones» porque si las abandonaran, serían ocupadas de inmediato por los contendientes, dijo este miércoles el jefe del departamento de Operaciones de Paz del organismo, el francés Jean-Pierre Lacroix.
En entrevista con EFE, Lacroix reconoció que este es uno de los momentos más difíciles en sus ocho años en el cargo, pero subrayó que percibe el «impresionante y alentador nivel de apoyo» a FINUL por todas las instancias de la ONU, desde la Secretaría General al Consejo de Seguridad, pasando por los países miembros y los contribuyentes con tropas (de los que ninguno ha solicitado retirar a sus soldados, precisó).
El recrudecimiento de la violencia en el sur del Líbano en las últimas dos semanas se ha traducido ya en veinte ataques a las bases de FINUL atribuidos a Israel -con heridas a cinco de sus soldados internacionales-, y repetidos llamamientos israelíes para que la fuerza de la ONU evacue las posiciones para supuestamente evitar mayores daños.
Un 25 % de tropas trasladadas de las posiciones más expuestas
Esa evacuación fue excluida tajantemente por Lacroix: «Continuar (presentes) es importante, porque si nosotros abandonamos esas posiciones, no quedarán desocupadas, y esto es muy peligroso para la percepción de imparcialidad de la fuerza», remachó, y precisó que la FINUL solo ha trasladado «entre un 20 y 25 %» de tropas de las posiciones más vulnerables hacia otras.
Con respecto a la indefensión de los cascos azules en una situación de guerra casi abierta y de ataques directos a sus bases, el diplomático francés precisó que «el mandato de la FINUL no es de imposición de cualquier arreglo, ni de enfrentamiento militar con una u otra parte», sino de apoyar a la implementación de la resolución 1701 de la ONU y acompañar a las partes en sus obligaciones.
Y si bien añadió que «eso no significa que los cascos azules no puedan defenderse si son amenazados», reconoció que cambiar las reglas de enfrentamiento requeriría una decisión del Consejo de Seguridad, lo cual es difícil que se produzca en este momento y mientras no se logre primero un alto el fuego, objetivo primero y principal de la ONU.
En todo caso, y para minimizar la sensación de peligro que rodea a los cascos azules de FINUL, Lacroix enumeró las distintas medidas de refuerzo de las bases emprendidas por el comandante de la fuerza, el general español Aroldo Lázaro: «Tenemos plena confianza en lo que hace para reaccionar ante los incidentes y maximizar la protección de los casos azules», dijo.
Ejército libanés infraequipado
Lacroix insistió en todo momento en que la misión de la FINUL es lograr que se implemente la resolución 1701 de 2006, que prevé la salida de tropas extranjeras del sur del Líbano, el desarme y repliegue hacia el norte del río Litani de las milicias irregulares y el consecuente despliegue del ejército libanés en ese territorio, tres cosas que han sido una quimera en las casi dos décadas transcurridas.
Sobre el ejército libanés, reconoció que la FINUL no ha constatado ningún despliegue suplementario de la fuerza regular en las últimas semanas de hostilidades, pero recordó que para hacerlo necesitaría mucho más apoyo externo, porque «es un ejército que necesita más recursos, más equipamiento, más capacitación, más de todo….», señaló, y para ello pidió más implicación de la comunidad internacional.
En cuanto al repliegue de Hizbulá, dijo que no podría precisarlo porque «nuestros cascos azules han tenido y siguen teniendo que pasar mucho tiempo en búnkeres» por los combates, y salen casi exclusivamente para realizar labores de abastecimiento o ayuda a evacuación de civiles, lo que hace «difícil tener una idea muy precisa».
Sobre la disposición de Hizbulá a declarar un alto el fuego -expresada el 8 de octubre por su vicesecretario general Naim Qasem-, Lacroix dijo haber leído lo que llamó una ‘declaración de intenciones’ pero recordó una obviedad: «Para conseguir un alto el fuego se necesita que todas las partes estén de acuerdo», señaló, en referencia a Israel.
Y en lo referente a la población civil del sur del Líbano, reiteró que la mejor medida de protección y apoyo es que los algo más de 10.000 cascos azules de FINUL permanezca sobre el terreno: «La idea es proteger a la población civil, pues estamos en una situación de conflicto que hace muy difícil la vida a la población», concluyó.
Javier Otazu
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