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Los momentos de la jornada

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Madrid, 20 oct (EFE).- Los momentos de la décima jornada de LaLiga EA Sports.

El regreso de Gavi

Once meses después de encoger el corazón con su llanto a toda España en un partido de la selección, cuando sufrió una rotura completa del ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha y una lesión asociada en el menisco lateral, Gavi volvió a sentirse futbolista en el partido del Barcelona ante el Sevilla.

El escenario era el perfecto para su vuelta. Goleaba el Barça tras una nueva exhibición de poderío y pegada en LaLiga. Eran los minutos finales cuando lo llamó Hansi Flick y le dio un abrazo deseándole lo mejor. Sustituyó a Pedri, que le colocó el brazalete de capitán en su vuelta con galones. Pisó el cespéd del Estadio Olímpico Lluís Companys escuchando la ovación de sus compañeros y la del público en pie para recibirle coreando su nombre. Los pelos de punta para un guerrero que está de vuelta en el momento más dulce de su equipo.

La frustración de Bellingham

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A estas alturas de temporada hace un año, Jude Bellingham había marcado ocho tantos en un inicio de ensueño con el Real Madrid. En su segundo curso aún no se ha estrenado y comienza a mostrar gestos de pura frustración. Así ocurrió en Balaídos, donde no pudo contener la impotencia que sintió cuando sólo en boca de gol, pidió el balón a Vinícius y su compañero, con opción de tiro aunque escorado, optó por jugársela sin dar el pase.

Los aspavientos de Bellingham, la queja con el brazo en alto, la patada al aire, mostraron la ansiedad que siente por su bajón en la estadística. Ahora le toca sacrificarse más por los delanteros en labores defensivas y ha perdido frescura cuando pisa área rival. Ancelotti, pese a venir de jugar con Inglaterra dos partidos, no lo quitó del campo y, posteriormente, respaldó su gesto en rueda de prensa: «tiene huevos, me parece bien», opinó sobre los gestos de reproche de su jugador.

La asistencia de Simeone

En noviembre de 2004 se produjo el último partido de Diego Simeone en el Atlético de Madrid. El 17 de octubre fue el último ante su afición, en el Vicente Calderón. Veinte años después del momento, otro Simeone volvió a ser decisivo en un encuentro del conjunto rojiblanco. Ahora en el Metropolitano. De nombre Giuliano.

Con la misma casta que siempre exhibió su padre, Giuliano firmó su primera actuación que explica su presencia en el club. Necesitaba enterrar la sospecha del malpensado y lo hizo con una acción de fe que cambió el rumbo del partido. Peleó un balón que se perdía por la banda para salvarlo sobre la línea e inventar un pase preciso al movimiento de Antoine Griezmann. Era la asistencia del gol de la remontada del Atlético al Leganés y el Metropolitano, en ambiente extraño por el fondo sur vacío por sanción, explotó de alegría en el día de las peñas que llenó el resto de grada viendo la emoción de un chico que imitó lo que en su día hizo su padre con la misma camiseta.

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El esperado reencuentro con el gol de Oyarzabal

Desde un tanto inolvidable para su carrera y para la memoria colectiva de todo un país, Mikel Oyarzabal no marcaba. El último fue el 14 de julio para dar la Eurocopa 2024 a España, ante Inglaterra en el Olímpico de Berlín. Una sequía demasiado larga para un delantero que, ampliada con los registros de su club, se convertía en una losa que debía quitarse de encima.

Desde el 14 de abril no celebraba un tanto con la Real Sociedad y Oyarzabal se desquitó con uno importante. Un testarazo que dio el triunfo en Montilivi y que celebró con rabia, con tiempo para un recuerdo especial, la M en referencia al nombre de su hijo Martín. Venía de demostrar en dos partidos con España que regresaba a su mejor nivel. Lo confirmó con el reencuentro tan esperado por los aficionados de su club.

El testarazo de Muriqi

El Mallorca duerme en posiciones europeas y Jagoba Arrasate afirma que su nuevo equipo aún tiene margen de mejora. Pasó por encima de un Rayo Vallecano sostenido en todo momento por la firmeza de Augusto Batalla. Y cuando parecía que el portero argentino sería el jugador del partido, Vedat Muriqi cabeceó con el alma un saque de esquina para disparar la euforia en la isla.

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El delantero regresaba tras lesión, había perdonado dos ocasiones claras y lo buscó hasta que consiguió ejercer el liderazgo que ejerce en el Mallorca. El reencuentro de Muriqi con su víctima preferida, un Rayo Vallecano al que ha marcado en sus seis últimos enfrentamientos.

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