DEPORTES
Los socios impulsan la ampliación del estadio del Unión Berlín
Berlín, 1 nov (EFE).- El Unión Berlín es uno de los clubes más singulares de Alemania y el orgullo del barrio berlinés de Köpenick. El club comenzó a emerger en la primera línea cuando sus socios se hicieron con su estadio, el An der Alten Försterei, en 2011; tuvo continuidad cuando encadenó hasta tres participaciones en competiciones europeas y va a culminar con la ampliación de una casa que, de nuevo, tendrá a su masa de aficionados como gran protagonista.
Su marcha en este inicio de curso, va cuarto en Bundesliga y este sábado visita al líder Bayern, tiene ilusionada a su fervorosa afición, pero el proyecto que encumbrará al bloque herrero será, precisamente, ‘ponerle más hierros’ a su estadio, que pasará de un aforo de 22.000 con que cuenta actualmente, a uno de cerca de 40.000, lo que permitirá dar acogida a una mayor cantidad de los casi 68.000 socios con que cuenta la entidad berlinesa, a la que el estadio se le ha quedado pequeño para el crecimiento que ha experimentado en la última década.
Christian Arbeit, director de comunicación del Unión Berlín y ‘speaker’ de los partidos, dijo a EFE que su padre lo hizo socio con 12 años. Alberto Doblare es un zaragozano responsable de la interlocución del club en España y Latinoamérica, del que se quedó prendado la primera vez que acudió a verlo durante sus años en la capital germana.
El proyecto y su necesidad
“Este estadio existe desde 1920 y comenzó como un pequeño campo de fútbol en aquel momento. Y a medida que fueron pasando las décadas, la gente que venía aquí siempre intentaba mejorar el lugar y ampliarlo para satisfacer sus necesidades. Ahora tenemos alrededor de 68.000 socios en el club, solo 22.000 de capacidad. Tenemos 11.500 abonados, lo que significa que mucha gente no puede venir. Por eso hicimos planes para ampliar el estadio y los presentamos por primera vez en 2017, lo que obviamente ya es bastante tiempo. Lo que pensamos era que podría ser un proceso más rápido para hacerlo y, como vemos, no lo fue”, comienza Arbeit.
El apasionado ‘speaker’ relata que este “es un proyecto enorme y también hay un gran interés público en él, por lo que no se puede hacer por cuenta propia, sino que se necesita la ciudad y el distrito para ello, no sólo en términos de financiación, sino también de concesión de transporte público, de capacidad de aparcamiento y demás infraestructura”.
“Con el paso del tiempo”, recuerda, “el club también se desarrolló a nivel deportivo”, por lo que hubo que “repensar el proyecto una y otra vez para construir el mejor estadio posible y un entorno que “se ajuste a las necesidades actuales”.
La reforma, por la que el An der Alten Försterei prácticamente doblará su capacidad, está diseñada para cumplir “con la cantidad mínima de asientos” que tienen que proporcionar, que es de 8.000 en la Bundesliga, normativa que actualmente no satisface el recinto. “Los tendremos entonces, pero también tendremos una capacidad de 32.000 personas de pie en este estadio, que será la mayor capacidad de pie en el fútbol alemán, tal vez en Europa…”, asegura Christian.
Una financiación por y para los socios
“No puedes arriesgar tu éxito en el campo si tomas el dinero de allí para construir un estadio. Entonces tienes un estadio de verdad, pero en la segunda o tercera división esto no debería pasar. Por eso queremos permanecer en la liga. Así que la financiación del estadio será un proyecto completamente diferente”, explica.
Ahí es donde aparece Alberto Doblare, que informa que “se va a pedir ayuda a los socios para que formen parte de este proceso y van a salir unas acciones de 500 euros que pueden ser compradas por socios con la idea de que el estadio se mantenga en manos de ellos”, y para que nadie pueda tener una mayoría de ellas, solo se podrán comprar un máximo de 10.
Los socios, propietarios del estadio
A diferencia de la mayor parte de los clubes, el estadio del Unión Berlín es propiedad única y exclusiva de sus socios. Y todo se remonta a 2011, cuando, bajo el lema “Vendemos nuestra alma pero no a cualquiera”, el Union emprendió una campaña para que sus socios pudieran ser los dueños del estadio An der Alten Försterei y de esta manera, además, conseguir el dinero necesario para su renovación.
Esta, ciertamente, había comenzado en 2008, cuando el recinto mostraba un estado lastimoso que obligó a voluntarios del barrio de Köpenick a adecentarlo para poder competir en él. Y entre ellos, estaba Christian Arbeit.
“Teníamos mujeres y hombres mayores por la mañana preparando el desayuno para el primer descanso del día. Comenzamos a las siete todas las mañanas y los voluntarios simplemente llegaban y teníamos como siete u ocho expertos profesionales de la construcción. Y cada uno de ellos tenía su propio equipo para el día, con 10 o 12 personas por equipo. Y lo primero que siempre tenían que hacer era un buen día y una motivación muy amistosa”, recuerda el jefe de comunicación, que, junto a vendedores, profesores o enfermeros, colaboró para restaurar un estadio del que, tres años más tarde, pasaría a ser poseedor del mismo.
Entonces el club disponía de 11.000 socios. Actualmente esa cifra se ha sextuplicado, en consonancia con el progreso del club, que ha pasado de ser un equipo de mitad de tabla en la segunda división del fútbol germano, a uno de los punteros de la Bundesliga, con tres clasificaciones para competiciones europeas de manera consecutiva.
Más de una década después y con una nueva ampliación en marcha, serán de nuevo los aficionados del club berlinés los que aporten su granito de arena para que el hogar de los Eisernen siga siendo propiedad de su gente. El plan, según detalla Albreit, pasa por empezar las obras en el verano de 2026.
“Tenemos que echar un vistazo a todo el terreno aquí. Así que está el centro de entrenamiento del equipo profesional masculino justo detrás de esas gradas. Se convertirá en el centro de entrenamiento tanto para el equipo profesional masculino como para el femenino. Habrá otras instalaciones como un aparcamiento y una nueva sede con oficinas y una tienda para aficionados y un pub para aficionados”, remarca, a la vez que explica que la reforma supondrá una mudanza temporal al Estadio Olímpico, un campo que no se les será desconocido.
Y es que, apunta Doblare, el Unión ya tuvo que jugar en el magno recinto en la pasada Liga de Campeones, dado que el An der Alten Försterei no cumplía con las normativas de la UEFA, y en dicha competición recibió al nada menos máximo campeón, el Real Madrid. “La imagen del partido en el Estadio Olímpico, con más de 70.000 personas vestidas de rojo animando sin parar, creo que impresionó bastante”, expresa el español.
Juan Manuel Sánchez
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