Merkel defiende haber mantenido abiertas las fronteras en 2015 y critica a su partido

Berlín, 22 nov (EFE).- La excanciller alemana Angela Merkel defiende haber mantenido abiertas las fronteras en 2015, una de las decisiones más controvertidas en los 16 años de su gestión, y criticó el endurecimiento de la postura de su partido, la Unión Cristianodemócrata (CDU) ante la inmigración.

«Tuve la sensación de que, de no haber mantenido abiertas las fronteras, todos nuestros discursos sobre los valores europeos y la dignidad humana hubieran perdido toda credibilidad», afirmó en una entrevista que publica la revista ‘Der Spiegel’ con motivo de la publicación el próximo martes de su autobiografía «Libertad».

«La idea, por ejemplo, de parar a los migrantes con cañones de agua en la frontera alemana me parecía horrible y en todo caso no hubiera sido una solución», recalcó.

En el mismo contexto, Merkel se distanció de la postura actual de la CDU liderada por el candidato a canciller Friedrich Merz, que pide devolver en caliente a los inmigrantes en la frontera.

«Me sigue pareciendo algo equivocado, es una ilusión creer que todo se resuelve si rechazamos a los inmigrantes en las fronteras alemanas», dijo la excanciller.

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Merkel reiteró la idea -que defendió durante su Gobierno- de que una solución al problema de la migración ilegal tiene que ser una solución europea, y dijo que temía que si ésta no se alcanzaba hubiera «un retroceso de la integración europea de consecuencias impredecibles».

La excanciller defendió también su actitud ante los refugiados en 2015 cuando se tomó fotos con muchos de ellos a su llegada a Alemania, lo que fue duramente criticado.

Sostuvo que era absurdo creer que ello producía un efecto llamada.

«Un gesto amable no lleva a nadie a abandonar su país. Conozco muchas personas que huyeron de la RDA y ninguno tomó esa decisión pensando en un apretón de manos con Helmut Kohl», aseguró.

Asimismo, Merkel dijo que la sociedad alemana tenía que hacer sus deberes para facilitar la integración de los refugiados.

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«Sin una actitud abierta y una disposición a cambiar de parte del país de acogida no puede haber integración. Una condición es un conocimiento mínimo de otras culturas, hay que interesarse por ellas», aseguró.

La excanciller también afirmó que siempre había tomado en serio «los temores de la gente ante una inmigración desbordada y ante el terrorismo islámico», pero agregó que también había querido hacer política para la gente que teme que «nos hagamos demasiado intolerantes y demasiado duros».

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