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Clima y desastres

Mueren 3 bomberos en el combate contra incendios en Portugal y son ya 7 los fallecidos

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EFE/EPA/JOSE COELHO

Albergaria-a-Velha (Portugal), 17 sep (EFE).- El fuego vuelve a arrasar el norte y el centro de Portugal, donde los propios vecinos ayudan este martes a combatir las llamas con mangueras y cubos con el recuerdo de los graves incendios que sufrieron en 2017: «Es lo mismo».

La aldea de Paus, que pertenece al municipio de Albergaria-a-Velha, en la región Centro, estaba desde el lunes a mediodía rodeada por las llamas, mientras los locales se afanaban en regar las calles y los tejados para evitar que el fuego alcance el casco urbano.

Armados con cubos, mangueras y azadas, querían impedir que se repita la tragedia que en junio y octubre de 2017 dejó más de un centenar de muertos en Portugal.

«Es lo mismo y en el mismo terreno de 2017», dijo en declaraciones a EFE Manuel Silva, uno de los vecinos de Paus, que lamentó que la situación está «muy mal» y por la aldea no se ven apenas bomberos.

Los efectivos se concentraban en los tres focos que estaban activos al inicio de la tarde del martes en las inmediaciones de Paus, donde abundan la población de eucaliptos y los viñedos.

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«Estamos combatiendo el fuego con mangueras, con cubos… Los bomberos están allí arriba pero no pueden manejarlo. Estamos muy preocupados porque está muy cerca de las casas», explicó a EFE Fernanda Silva, otra habitante de la aldea, que intentaba protegerse del humo con una máscara antigás.

Algunos núcleos pequeños de la zona tuvieron que ser desalojados por precaución debido al humo, que formaba grandes columnas que podían verse en el horizonte.

El viento, con rachas que el lunes superaron los 70 kilómetros por hora, y la baja humedad del aire están dificultando el combate a las llamas, sin previsión de cuándo el fuego podrá dar una tregua en el país.

Albergaria-a-Velha es uno de los municipios más afectados por esta ola de incendios, junto a Oliveira de Azeméis y Sever do Vouga, que centran las preocupaciones de las autoridades.

Otra de las aldeas afectadas fue Mesquitela, en el municipio de Mangualde (también en la región Centro), donde los vecinos se organizaron en cadenas humanas para evitar que las llamas alcanzasen sus propiedades.

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«Tengo una granja ahí abajo, animales, un perrito, gallinas, tengo allí mis cosas, y tengo aquí mi casa encima», lamentó a EFE Cláudia Moreira.

Por todo el país, las llamas arrasaron decenas de casas, negocios y otras edificaciones.

Al menos siete personas, cuatro de ellas bomberos, han fallecido en los dos últimos días debido a los fuegos, que también han dejado medio centenar de heridos.

Portugal estará hasta el final del jueves en situación de alerta por el peligro de incendio, después de que el Gobierno decidiese alargar otras 48 horas esta medida ante la situación adversa.

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