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São Paulo celebra la amistad entre Miró y Calder con una muestra artística conjunta

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Visitantes observan obras durante la exposición 'Calder + Miró', este viernes en el Instituto Tomie Ohtake, en Sao Paulo (Brasil). EFE/ Sebastiao Moreira

São Paulo, 21 jun (EFE).- El Instituto Tomie Ohtake inauguró este viernes la exposición ‘Calder + Miró’, una muestra que destaca la conexión entre las obras del escultor estadounidense Alexander Calder y el pintor español Joan Miró, así como la influencia de su amistad en la escena artística brasileña.

Tras su exhibición en el Instituto Casa Roberto Marinho en Río de Janeiro en 2022, la exposición llega a São Paulo con alrededor de 150 piezas que ocupan casi todos los espacios del Instituto, entre las que se encuentran pinturas y las conocidas esculturas móviles de Calder.

También se incorpora a la muestra la monumental obra de Calder ‘Viuda Negra’, un imponente móvil de más de tres metros de altura y dos metros de laguna que ocupa una sala exclusiva.

La exposición celebra la amistad entre Calder, uno de los principales escultores modernos, y Miró, uno de los más célebres pintores surrealistas, quienes mantuvieron una estrecha relación amistosa desde 1928 cuando ambos vivían en París.

«No había influencia entre un artista y otro, sino una gran amistad», destaca en entrevista con EFE Max Perlingeiro, curador de la exposición.

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Las formas orgánicas y colores vibrantes, sello de identidad de Miró, son un punto de encuentro con la producción de Calder, con su dominio del equilibrio y del movimiento, y juntos influenciaron a toda una generación artística.

«Sin duda, todos los artistas brasileños, sin excepción, vieron a Calder y Miró en las bienales que trajeron a São Paulo a estas grandes personalidades internacionales» explica Perlingueiro.

Por este motivo, la muestra cuenta con una sala con obras de artistas como Hélio Oiticia e Ione Saldana y Tomie Ohtake, que «dialogan con las formas y colores» usadas por Miró y Calder, así como también juegan con «la gravedad» que tanto caracteriza las obras del estadounidense.

Una de las piezas que el curador más destaca, por su gran singularidad, es una joya producida en plata por Calder para la familia Bocaiúva y que evoca unos labios con un colgante circular.

«No entendía el nombre en portugués de Bocaiúva y alguien se lo tradujo como literalmente como boca y uva. Así que hizo un broche que es una boca y una uva», declara Perlingeiro.

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La exposición se puede visitar en el Instituto Tomie Ohtake de manera gratuita hasta el 15 de septiembre.

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