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Chats y engaños: así el FBI desenmascaró al exdiplomático

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MIAMI.– Manuel Rocha, un exdiplomático norteamericano que sirvió como embajador de Estados Unidos en la Argentina entre 1997 y 1999 y luego como máxima autoridad diplomática del país norteamericano en Bolivia, fue arrestado anteayer tras una larga investigación del FBI acusado de trabajar como agente secreto para los servicios de inteligencia de Cuba desde hace décadas, dijo ayer el Departamento de Justicia.

Según recopiló CNN, el FBI planeó una operación para desenmascarar a Rocha: en noviembre de 2022, un empleado encubierto del FBI que se hizo pasar por agente de la inteligencia cubana le envió un mensaje a Rocha por WhatsApp, poco después de que los investigadores recibieran una pista del trabajo encubierto, dicen los documentos judiciales. En el mensaje, el agente dijo que tenía un comunicado de “sus amigos en La Habana” y que se trataba de un “asunto delicado”, a lo que Rocha supuestamente respondió: “No lo entiendo, pero puede llamarme”. El exembajador accedió a reunirse con el empleado encubierto en Miami.

Durante la reunión, Rocha supuestamente tomó varias precauciones para asegurarse de que no lo seguían, entre ellas tomar una ruta más larga hasta su cita y pedir al empleado encubierto que hablaran en un “patio de comidas” con solo “empleados de bajo nivel (…) así no hay posibilidad de que nadie me vea”.

Durante su primer encuentro, Rocha supuestamente le dijo al agente encubierto que la agencia de inteligencia cubana, llamada Dirección General de Inteligencia, le pidió “que llevara una vida normal”, y le dijo que había “creado la leyenda de una persona de derechas”.

“Siempre me dije a mí mismo: ‘Lo único que puede poner en peligro todo lo que hemos hecho es… es… la traición de alguien, alguien que puede haberme conocido, alguien que puede haber sabido algo en algún momento”, dijo Rocha, según una grabación de la reunión citada en documentos judiciales.

“Mi preocupación número uno era (…) cualquier acción por parte de Washington que pusiera en peligro la vida de los dirigentes o la propia revolución”, agregó.

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Durante otra reunión varias semanas después, Rocha describió al empleado encubierto la obtención de su empleo en el Departamento de Estado, diciendo: “Fui poco a poco. Fue un proceso muy meticuloso, muy disciplinado, pero muy disciplinado”.

“Sabía exactamente cómo hacerlo y, obviamente, la Dirección me acompañó. Sabían que yo sabía cómo hacerlo (…). Es un proceso largo y no fue fácil”, dijo, según los fiscales.

Rocha también se jactó supuestamente de sus “décadas” de trabajo en favor del gobierno cubano, diciendo que “fortaleció la revolución” durante “los últimos 40 años”, y lamentó “los golpes que el enemigo –refiriéndose supuestamente al gobierno de Estados Unidos– ha asestado a la revolución actual”.

A raíz de esta operación, el FBI pudo comprobar que Rocha era un espía cubano. A lo largo de las reuniones, “Rocha utilizaba el término ‘nosotros’ para describirse a sí mismo y a Cuba”. Además, en una ocasión Rocha elogió al difunto líder cubano Fidel Castro y describió su trabajo para Cuba como “un grand slam”, según el comunicado al que también tuvo acceso The New York Times.

La Nación.-

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