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Intrigas de poder y conflictos de interés: la disruptiva salida de Musk de la Casa Blanca

WASHINGTON.– De la despedida en el Salón Oval con los deseos declarados de Elon Musk de “seguir siendo amigo y asesor” de Donald Trump, que hasta le obsequió una simbólica llave de oro de la Casa Blanca, al despiadado ataque del multimillonario a la ley de presupuesto del presidente, que calificó de “abominación repugnante”, pasaron solo cuatro días.
Un final abrupto –¿y definitivo?– para un bromance que marcó la campaña del año pasado en Estados Unidos y los primeros meses de la segunda administración Trump.
Pero ¿qué hay detrás de los exabruptos de quien lideró el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE, por sus siglas en inglés), a cargo de los recortes del gasto federal?
“Lo siento, pero ya no lo soporto. Este enorme, escandaloso y desmesurado proyecto de ley de gastos del Congreso es una abominación repugnante”, fue el primer mensaje de Musk en X, que cayó como una bomba en Washington, en referencia a lo que Trump calificó de una “ley grande y hermosa”.
La legislación, que fue aprobada por la Cámara de Representantes y ahora enfrenta un debate en el Senado, reduciría los subsidios que benefician a Tesla, el fabricante de autos eléctricos de Musk. Los créditos fiscales federales que otorgan a los consumidores hasta 7500 dólares de descuento en ciertos vehículos eléctricos fabricados en Estados Unidos desaparecerían si se aprobara el proyecto de ley republicano.
“Qué vergüenza para quienes votaron a favor: saben que hicieron mal. Lo saben. El Congreso está llevando a Estados Unidos a la bancarrota”, advirtió el magnate sudafricano, también CEO de SpaceX y la red social X. “En noviembre del próximo año despediremos a todos los políticos que traicionaron al pueblo estadounidense”, añadió.
Varios funcionarios de la Casa Blanca dijeron haberse sorprendido por las duras críticas de Musk, según medios norteamericanos. El líder de la mayoría en el Senado, John Thune, que intenta que el proyecto se apruebe en su cámara antes del 4 de julio, calificó la oposición de Musk de una “diferencia de opinión”, y afirmó que planeaba “seguir adelante a toda velocidad”. La ley, que incluye un enorme alivio fiscal e impuestos a las remesas, enfrentará arduos debates en el Senado por el temor a que aumente la deuda de Estados Unidos.
Musk, uno de los principales donantes de la campaña de Trump el año pasado y que había recibido un estatus de “empleado especial del gobierno” para dirigir el DOGE, dejó oficialmente la administración republicana el viernes pasado. El plazo máximo de ejercicio efectivo que impone esa nominación es de 130 días, establecido por ley para el cargo de asesor no remunerado.
Según versiones citadas por el sitio Axios, Musk había mostrado su interés en intentar extender su estadía al frente del DOGE, pero, finalmente, funcionarios de la Casa Blanca le habrían dicho que no podía seguir desempeñando ese cargo.
Otras versiones apuntan a otro disgusto de Musk, que quería que la Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés), la agencia gubernamental responsable de regular y supervisar la aviación civil, así como de operar y desarrollar el Sistema Nacional del Espacio Aéreo, utilizara su sistema de satélites Starlink para el control del tráfico aéreo nacional, según fuentes citadas en medios norteamericanos.
Sin embargo, la administración republicana se habría opuesto a esa idea de Musk por la posibilidad de un conflicto de intereses y, también, por razones tecnológicas. “No se puede controlar el tráfico aéreo solo con satélites”, dijo una fuente.
La primera controversia sobre el tema había estallado en marzo pasado, cuando se reveló que, aún cuando Musk desempeñaba su rol como empleado especial del gobierno, había agencias federales que exploraban la idea de adoptar Starlink para el acceso a internet, como la Administración General de Servicios (GSA, por sus siglas en inglés).
La posibilidad de que el uso de Starlink se expandiera en agencias federales había provocado protestas entre los congresistas demócratas, debido a la doble posición de Musk, como fundador de SpaceX, propietaria de Starlink, y alto asesor de Trump con amplias atribuciones en el gobierno. Como accionista de SpaceX, podría haberse beneficiado económicamente de un negocio adicional de Starlink, esgrimieron.
Además, un grupo de 42 demócratas le escribieron una carta al inspector general del Pentágono, Steven Stebbins, para hacer sonar las alarmas sobre la posible participación de SpaceX en el sistema de defensa antimisiles Cúpula Dorada, el megaproyecto anunciado por Trump el mes pasado.
El crecimiento de Starlink en el mercado también le ha dado a Musk una influencia inusitada en Estados Unidos y en el extranjero, ya que puede decidir unilateralmente desplegar o suspender el servicio de internet en momentos de catástrofe, guerra u otras crisis. Su servicio ganó popularidad en esas situaciones y también en zonas rurales porque no necesita cables de fibra ni torres de señal para operar.
Los medios locales también destacan que Musk se había enfrentado a funcionarios poderosos de la administración Trump, como el secretario del Tesoro, Scott Bessent.
En abril pasado, el presidente sustituyó al comisionado en funciones del Servicio de Impuestos Internos (IRS, por sus siglas en inglés) después de que su nombramiento días antes desencadenara una lucha de poder entre Bessent y Musk, según reveló The New York Times.
En ese momento, el adjunto de Bessent, Michael Faulkender, fue designado nuevo jefe en funciones, en sustitución de Gary Shapley. El secretario del Tesoro se había quejado ante Trump sobre las intenciones de Musk de instalar a Shapley en el cargo, a pesar de que la agencia de recaudación de impuestos reporta a Bessent.
Pero para otros la gota que colmó el vaso para Musk pareció llegar el sábado por la noche, cuando Trump anunció abruptamente que retiraba el nombramiento de Ja red Is aac man, aliado de Musk, como administrador de la NASA. El presidente explicó que había llegado a la decisión después de una “revisión exhaustiva” de las “asociaciones previas de Isaacman”. No quedó claro a qué se refería Trump, y la Casa Blanca no respondió a una solicitud de explicación.
“Tras una revisión exhaustiva de asociaciones previas, retiro la nominación de Jared Isaacman para dirigir la NASA”, escribió Trump en sus redes sociales.
La Nación.-

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