El área quemada por los incendios forestales en Brasil se disparó un 79 % en 2024

Río de Janeiro, 22 ene (EFE). – El área quemada por los incendios forestales en Brasil se disparó un 79 % el año pasado en relación con 2023, con un total de 30,8 millones de hectáreas destruidas por las llamas, la mayor parte en la región amazónica, según un estudio divulgado este miércoles por la red Mapbiomas.

Fueron 17,9 millones de hectáreas consumidas por el fuego en la Amazonía brasileña, que corresponden al 58 % de toda el área destruida por incendios forestales en el país en 2024.

Según el estudio, el área devastada por este tipo de incendios en Brasil es la mayor desde 2019, año en el que Mapbiomas comenzó a realizar el monitoreo del fuego en el país suramericano mediante el análisis de imágenes satelitales.

La red señala que tres de cada cuatro hectáreas quemadas -el 73 % del total- fueron de vegetación nativa, principalmente formaciones boscosas, que totalizaron el 25 % de la superficie devastada en el país.

Entre las áreas utilizadas para la explotación agrícola y ganadera, los más afectados fueron los pastizales, con 6,7 millones de hectáreas destruidas entre enero y diciembre del año pasado.

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Lo mismo se vio en la Amazonía brasileña, donde las formaciones boscosas, por primera vez, fueron las más impactadas, con 6,8 millones de hectáreas consumidas por las llamas.

El área boscosa destruida allí fue un millón de hectáreas mayor que la de los pastizales consumidos por las llamas en el bioma, que hasta el año pasado solían ser los más afectados por los incendios en esa región.

«(…) un aumento desproporcionado», pues en 2023 el área boscosa devastada por las llamas en la Amazonía brasileña fue de 2,1 millones de hectáreas, dijo a EFE Ane Alencar, directora del Instituto de Investigación Ambiental de la Amazonía (IPAM, por sus siglas en portugués) y coordinadora de Mapbiomas Fuego.

Para la experta, el panorama se muestra «aterrador», porque las áreas de la selva impactadas por el fuego se vuelven «más susceptibles» a futuros incendios.

Según Alencar, la mayoría de los incendios del bioma comenzaron por quemas de pastizales, una práctica tradicional entre los agricultores para preparar el suelo para la siembra, que, si no se realiza con todas las precauciones del caso, termina diseminándose hacia otras vegetaciones.

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Los incendios registrados en la mayor selva tropical del planeta fueron impulsados por la caída de las lluvias, que estuvieron por debajo de la media histórica, empeorando las condiciones ambientales.

Mapbiomas señala que esto se debió a los efectos acumulados de la larga e histórica sequía que afectó el año pasado a gran parte del país, los cuales se sumaron al fenómeno de El Niño que se vivió entre 2023 y 2024.

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