EDITORIAL
La cruzada de Trump no respeta ni a los ciudadanos
Maribel Hastings – Asesora de America’s Voice
La cruzada antiinmigrante de Trump no respeta ni a los ciudadanos.
¿Concretará Donald Trump sus maquiavélicas promesas antiinmigrantes? Este pasado domingo reiteró que las deportaciones masivas son un hecho, comenzando con los “criminales”, y que abolirá la ciudadanía estadounidense por nacimiento. Pero también afirmó que quiere negociar con los demócratas una solución legislativa para los Dreamers diciendo que “en muchos casos tienen éxito, tienen excelentes trabajos”.
Trump habló con Meet the Press, de la cadena NBC.
Pero analicemos varios puntos. En primer lugar, son los republicanos los que llevan más de dos décadas obstaculizando la legalización de los Dreamers, no los demócratas. Fue Trump, durante su primera administración, quien quiso poner fin a DACA, la orden ejecutiva girada por Barack Obama en 2012 que les concede permisos de trabajo y los protege de la deportación.
¿Qué provoca entonces sus comentarios sobre los Dreamers? ¿Será que le explicaron quiénes son estos jóvenes, los trabajos esenciales que realizan y los millones de dólares que aportan al fisco? Un reporte de fwd.us del 2023 encontró que desde 2012 el primer grupo de beneficiarios de DACA ha multiplicado por siete sus ingresos medios anuales, y ha aportado 108 mil millones de dólares a la economía, así como 33 mil millones en impuestos combinados.
Hasta ahora la postura de Trump y de su equipo es que todos los indocumentados serán blanco de deportaciones. ¿O es que Trump quiere paliar el golpe de las deportaciones masivas con una promesa de legalizar a los Dreamers?
Suena demasiado magnánimo viniendo de Trump quien además miente constantemente. Con Trump, como Santo Tomás, ver para creer.
Y es que en la misma entrevista resaltan el cinismo y la crueldad. Por ejemplo, cuando se le pregunta sobre las deportaciones masivas y su efecto en familias de situación migratoria mixta, Trump dijo que “no quiero separar a las familias, así que la única forma de no separar a la familia es mantenerlos juntos y tener que enviarlos a todos de regreso”. Eso incluye, claro está, a ciudadanos y residentes permanentes familiares de los indocumentados que sean deportados.
En otras palabras, Trump confirmó que las deportaciones masivas no están limitadas a “criminales” y también incluirían a los ciudadanos o residentes que se autodeporten junto a sus familiares.
También prometió abrogar la ciudadanía por nacimiento garantizada en la 14a Enmienda de la Constitución de Estados Unidos, ratificada hace 156 años, en 1868, y que establece que “todas las personas nacidas o naturalizadas en Estados Unidos y sujetas a la jurisdicción del mismo son ciudadanos de Estados Unidos y del estado en el que residen”. La enmienda se aprobó al final de la Guerra Civil para aclarar la ciudadanía de los esclavos recién liberados nacidos en Estados Unidos.
Trump y su equipo argumentan que los nacidos en Estados Unidos de padres indocumentados no deben obtener la ciudadanía automática. Trump piensa que puede cambiarla por decreto, pero expertos y académicos coinciden en que la única forma de hacerlo es mediante una enmienda constitucional que requiere el voto de dos terceras partes del Senado y de la Cámara Baja, y luego tiene que ser ratificada por tres cuartas partes de las legislaturas estatales. Trump podría emitir una orden pero es de anticiparse que de inmediato se impugne ante tribunales por ser anticonstitucional.
Claro está, la administración Trump podría emplear mecanismos para entorpecer que los nacidos en Estados Unidos de padres indocumentados obtengan documentos como tarjetas de Seguro Social o pasaportes, aunque también serían objetados en tribunales.
La última vez que el Supremo se expresó sobre la Enmienda 14 fue en 1898 en el caso Wong Kim Ark vs. Estados Unidos, un joven nacido en California de padres inmigrantes chinos a quien se le negó la entrada al país tras una visita al exterior. El máximo tribunal falló a favor de Ark ratificando que no importa quiénes sean los padres, alguien nacido en Estados Unidos es ciudadano estadounidense.
Los padres de Ark eran inmigrantes documentados. No ha habido pronunciamiento sobre padres indocumentados. Simplemente se aplica que los niños nacidos en Estados Unidos son ciudadanos estadounidenses aunque sus padres no tengan documentos o se trate de alguien con una visa de turista o de estudiante, por ejemplo.
Aunque existe consenso de que es casi improbable que se enmiende la Constitución para negar la ciudadanía por nacimiento, también se reconoce que de llegar el caso a la Corte Suprema, hay una mayoría conservadora bastante alineada con Trump. Ya no sería tan descabellado que las propuestas extremistas de Trump sean avaladas en el máximo tribunal.
Y la cruzada de Trump para reformular quién es estadounidense no respeta ni a los ciudadanos.
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