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Crimen y Justicia

Calles reconstruidas y un cementerio más grande: así han recuperado el pulso Bucha e Irpín

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BUCHA (UCRANIA), 18/01/2025.- El director de la empresa municipal de obras públicas de Bucha, Serguí Mostipaka, junto a una de las máquinas de la planta de reciclaje de escombros de la ciudad. Casi tres años después de que fueran ocupadas por Rusia y liberadas más de un mes después por el Ejército ucraniano, las ciudades dormitorio de Kiev de Bucha e Irpín apenas presentan huellas externas de la destrucción causada por la guerra y de las masacre a manos de los invasores de centenares de vecinos. EFE/ Marcel Gascón

Bucha e Irpín (Ucrania), 18 ene (EFE).- Casi tres años después de que fueran ocupadas por Rusia y liberadas más de un mes después por el Ejército ucraniano, las ciudades dormitorio de Kiev de Bucha e Irpín apenas presentan huellas externas de la destrucción causada por la guerra y de las masacre a manos de los invasores de centenares de vecinos.

“A día de hoy, hemos conseguido reconstruir el 97 % de las viviendas y las infraestructuras sociales destruidas”, dijo a EFE el alcalde de Bucha, Anatoli Fedoruk.

Antes de ser atacada tenía cerca de 40.000 personas y se ha convertido en un símbolo tanto de la resiliencia como de la crueldad de las fuerzas rusas, que ejecutaron y torturaron a centenares de civiles durante el tiempo que controlaron el municipio.

Dos cifras ayudan a entender la magnitud del reto acometido con ayuda del Gobierno y organizaciones internacionales como Naciones Unidas por las autoridades locales de Bucha.

La agresión rusa contra la ciudad y sus alrededores destruyó cerca de 4.000 infraestructuras, dejando en las calles un volumen total de 75.000 metros cúbicos de escombros que fueron reciclados como material de construcción en una planta de nueva creación establecida en las afueras.

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“Es muy importante garantizar una limpieza segura de los escombros, que los escombros sean procesados y que después sean reutilizados”, dijo a EFE Roman Shajmatenko, responsable de energía y medio ambiente de la oficina ucraniana del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), que dotó a la planta de equipamiento para reciclar los escombros y aspira a implantar este modelo en otras partes de Ucrania.

Con los escombros se produjo gravilla que ha sido utilizada para reparar y hacer carreteras destruidas por la actividad militar en la zona de Bucha.

Heridas psicológicas tras la normalidad

La aparente normalidad que éste y otro tipo de trabajos de reconstrucción confieren a las calles de ciudades como Bucha e Irpín contrasta con las heridas psicológicas que revela cualquier conversación con los vecinos.

“Los rusos asesinaron brutalmente a 509 nueve ucranianos aquí en Bucha. Durante la ocupación unos 3.000 civiles se quedaron en su ciudad”, dice el alcalde Fedoruk para ilustrar el impacto que tuvieron las semanas de ocupación para la población.

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Uno de los que se quedaron en Bucha fue el director de la empresa municipal de obras públicas que ahora opera la planta de reciclaje de escombros, Serguí Mostipaka.

“En el teléfono nos llegaba un SMS: en tal dirección ha habido un ataque, recoged por favor el cuerpo”, cuenta Mostipka sobre su trabajo en los peores momentos de la guerra en Bucha, antes de que la situación se calmara y su empresa pasara a ocuparse de la limpieza y la reconstrucción de calles, hospitales y escuelas.

Los efectos de la invasión militar rusa no sólo son evidentes en las historias de la gente.

Un memorial junto a la iglesia de San Andrés recuerda a las víctimas de la ocupación, y uno de los cementerios municipales ha multiplicado por tres su superficie para dar sepultura a los soldados y a los civiles muertos desde el comienzo de la invasión.

Apartamentos renovados en Irpín

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Al principio de la guerra también estuvo ocupada la ciudad de Irpín, vecina de Bucha.

La vida transcurre allí con relativa normalidad pese a las alertas aéreas constantes. Los apartamentos destruidos por los combates han sido reconstruidos, gracias, en parte, a la financiación de la plataforma United 24, puesta en marcha por el Ejército ucraniano, y a la asistencia técnica del PNUD, que han renovado juntos 60 viviendas en los alrededores de Kiev.

“Lo destruyeron completamente, se podía ver el cielo”, dijo a EFE sobre el estado en que quedó su apartamento del último piso de un bloque de edificios de Irpín Yulia Timoshenko, una madre de dos hijas que ha regresado a la vivienda con su familia después de que haya sido completamente renovada en el marco de esta iniciativa.

Aunque han recuperado en gran medida su rutina de antes de la guerra, la agresión militar y la ocupación rusas han cambiado a la sociedad de Irpín. “La gente tiene los pies en el suelo y hay más solidaridad entre las personas”, dice Timoshenko mientras sus dos hijas juegan en el parque infantil de delante del edificio, que también ha sido reconstruido.

por Marcel Gascón

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