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China insiste en que Taiwán es «la línea roja que no se puede cruzar» en lazos con EE.UU.

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Pekín/Taipéi, 11 dic (EFE).- El despliegue naval de China en varios puntos del Pacífico, que incluyó el envío de más de 120 aeronaves y buques de guerra en torno a Taiwán en tan solo dos días, persigue dos objetivos fundamentales: reafirmar su «total dominio» del Estrecho y enviar un «mensaje» al próximo Gobierno estadounidense.

Así lo considera Xulio Ríos, director del Observatorio de la Política China, quien sostiene que este despliegue militar es, por encima de todo, una «respuesta» a la reciente gira del presidente taiwanés, William Lai, por el Pacífico Sur, así como «un mensaje para la nueva administración de Donald Trump».

«Pero además, y quizá lo más importante, es que es la plasmación de una ‘nueva normalidad’, en la que China quiere advertir de su total dominio fáctico de la zona en torno a Taiwán y de la preparación permanente de los medios a su alcance para que, en cualquier momento, sin necesidad de preaviso de ningún tipo, pueda desplegarlos porque se trata de ‘su propio territorio’», afirma Ríos en declaraciones a EFE.

China rodea Taiwán por mar y aire

Un caza Mirage 2000 de la Fuerza Aérea de Taiwán se aproxima para aterrizar en la base aérea de Hsinchu, Taiwán, el 10 de diciembre de 2024. El ejército de Taiwán inició ejercicios de preparación para la guerra después de que el PLA chino designara siete zonas de espacio aéreo reservado al este de las provincias de Zhejiang y Fujian como áreas de espacio aéreo reservado temporal hasta el 11 de diciembre. 
EFE/EPA/RITCHIE B. TONGO

Casi 72 horas después de decretar siete zonas aéreas «reservadas» frente a las provincias de Zhejiang (este) y Fujian (sureste), medida que suele implementarse antes de la realización de un ejercicio militar, China permanece en completo silencio ante un despliegue naval que, en opinión de Taipéi, supone una «provocación» y una «violación del derecho internacional».

Según datos del Ministerio de Defensa Nacional (MDN) de Taiwán, Pekín ha desplegado un total de 100 aeronaves, 23 barcos militares y 17 embarcaciones «oficiales» en torno a Taiwán en los últimos dos días, cifras similares a las registradas durante los ejercicios bélicos llevados a cabo alrededor de la isla en mayo de este año.

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En opinión de Ríos, la operación busca «incrementar el nerviosismo de las autoridades en Taiwán y la preocupación internacional de que se pueda desencadenar una crisis sin previo aviso».

«Por último, es un indicativo de que China no bajará la presión a la expectativa de cualquier hipotética mejora en el clima político en la zona», agrega el experto al hablar sobre las recientes actividades militares de China, cuyas fuerzas aéreas y marítimas rodearon la isla principal de Taiwán el martes, de acuerdo al MDN.

Al contrario que en las maniobras de mayo (Joint Sword 2024A) y octubre (Joint Sword 2024B), Pekín no ha hecho ningún anuncio sobre estos despliegues, ni tampoco ha calificado a estas actividades de ejercicios militares, algo que los expertos taiwaneses interpretan como un intento de jugar «juegos mentales» para presionar a la isla.

En declaraciones a la agencia estatal de noticias CNA, Su Tzu-yun, investigador del Instituto de Investigación de Defensa y Seguridad Nacional (INDSR), subrayó que China «está tratando de mantener en vilo a Taiwán» con este silencio.

Rechazo a las interacciones entre Taipéi y Washington

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Según una fuente de seguridad nacional citada por CNA, este despliegue llevaba preparándose desde octubre, lo que sugiere que el objetivo real no era solamente hostigar a Taiwán, sino también «mostrar fuerza» ante Estados Unidos y otros países del Indopacífico antes de que Donald Trump asuma el cargo el 20 de enero.

En este sentido, China insistió este miércoles en que la cuestión taiwanesa es la «primera línea roja que no se debe cruzar» en las relaciones entre Pekín y Washington, reiterando que el gigante asiático «defenderá firmemente su soberanía nacional y su integridad territorial» ante las «actividades separatistas» de Taiwán.

La semana pasada, China expresó en reiteradas ocasiones su «firme rechazo» al tránsito del presidente taiwanés por los territorios estadounidenses de Hawái y Guam, unas «escalas técnicas» en las que Lai aprovechó para reunirse y dialogar con numerosos representantes estadounidenses, entre ellos el titular de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, con quien mantuvo una conversación telefónica.

Para Xulio Ríos, el despliegue muestra que Pekín aún sigue interpretando el viaje de Lai como una «reafirmación de su voluntad soberanista» y un «hostigamiento» a «los partidarios de la unificación» entre la isla y el continente.

«China no confía en que una cierta ambigüedad por parte de Trump en la cuestión taiwanesa se traduzca en una mayor fluidez y estabilidad en el estrecho de Taiwán», y de ahí el despliegue de los dos últimos días como señal de advertencia, sentencia el experto.

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Jesús Centeno y Javier Castro

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