Internacionales
Cómo la presidenta de México se convirtió en la gran domadora de Trump

CIUDAD DE MÉXICO.- Decenas de miles de mexicanos llenaron este domingo la plaza más importante del país para festejar que su presidenta, Claudia Sheinbaum, había tenido éxito en uno de los desafíos más intimidantes de la política global actual: negociar con Donald Trump.
El jueves, el presidente norteamericano dio marcha atrás con sus planes de imponer aranceles de importación del 25% a todos los productos mexicanos y canadienses “por respeto a la presidenta Sheibnaum”, dijo Trump. Fue la segunda vez en dos meses que la mandataria mexicana consiguió una postergación del gravamen.
Los seguidores del partido de Sheinbaum, los líderes empresarios y los mexicanos independientes colmaron el domingo la icónica plaza del Zócalo al canto de “¡México! ¡México!”, una muestra de que la primera mujer que ocupa la presidencia de ese país ha logrado unir a la población. El índice de aprobación de Sheinbaum saltó del 70% cuando asumió en octubre, al 85% el mes pasado, según una encuesta del diario El Financiero.
La furia de Trump se llevó puestos a políticos de todo el mundo —incluidos los líderes de Ucrania, Colombia y Canadá—, pero de sus encuentros con el presidente norteamericano Sheinbaum salió con una imagen “de equilibrio y moderación, que le han dado una presencia global distintiva”, dice Carin Zissis, del Instituto México del Centro Wilson, Washington.
Sheinbaum le hizo concesiones significativas a Trump: envió a la frontera 10.000 soldados más para frenar el tráfico de fentanilo y la inmigración ilegal —la razones que ha dado Trump para imponer los aranceles—, y también entregó a 29 miembros de los cárteles de la droga en una masiva operación de deportación del que participaron 20 aviones. Pero a Sheinbaum tampoco le tiembla el pulso si lo tiene que desafiar.
“No podemos ceder en nuestra soberanía, ni puede resultar afectado nuestro pueblo por decisiones que tomen gobiernos o hegemonías extranjeras”, le dijo Sheinbaum a la multitud que agitaba la bandera mexicana en el Zócalo.
Según los analistas, gracias a su manejo de la relación bilateral más importante de México, Sheinbaum se ha despegado de la imagen de ser meramente una protegida obediente del expresidente Andrés Manuel López Obrador, fundador de Morena, el partido de izquierda al que ambos pertenecen.
Pero a Sheinbaum todavía la esperan enormes desafíos. Trump tal vez la haya calificado como “una mujer muy maravillosa”, pero su gobierno no ha descartado realizar ataques militares contra objetivos relacionados con el fentanilo en territorio mexicano. Y con sus recurrentes amenazas arancelarias y sus presiones para que las automotrices norteamericanas se relocalicen en Estados Unidos podría perjudicar gravemente la economía de México, que depende de sus exportaciones.
“Seguirá habiendo incertidumbre y volatilidad”, dice Julián Ventura, ex alto funcionario de la Cancillería mexicana. “Pero Sheinbaum es uno de los pocos líderes —como el primer ministro británico, Keir Starmer—, que ha construido un diálogo constructivo con Trump”, y “eso es un triunfo”, dice Ventura.
La pericia diplomática de Sheinbaum ha sorprendido incluso a los mexicanos, que básicamente la consideraban la sucesora elegida a dedo por López Obrador.

No es que Sheinbaum careciera de credenciales políticas propias —fue alcaldesa de Ciudad de México y en junio ganó la elección presidencial por más de 30 puntos porcentuales—, pero se le ha achacado ser una tecnócrata que seguía los pasos de López Obrador y hasta imitaba su parsimonia campesina al hablar. La Constitución mexicana prohíbe la reelección. Sin embargo, López Obrador, más conocido como AMLO, aún conserva una enorme influencia en el partido Morena.
Los analistas dudaban de que Sheinbaum pudiese replicar la amistosa relación que AMLO había entablado con Trump, dos hombres situados en extremos opuestos del espectro político a quienes los unía ser los carismáticos fundadores de movimientos anti-establishment.
Sheinbaum, por el contrario, es una científica de bajo perfil con un doctorado en ingeniería energética, que puede ser tan gélida como Xóchitl Gálvez, su gran rival en la carrera presidencial, quien la llamaba “La dama de hielo”.
¿Cómo hizo Sheinbaum para tener éxito con Trump?
La presidenta mexicana dice que arrancó con la ventaja de las cálidas relaciones de AMLO con el mandatario norteamericano. Pero también ha aportado sus propias fortalezas. Sus colaboradores dicen que antes de cada intercambio con Trump la mandataria se prepara rigurosamente, consulta a sus ministros, a líderes empresarios y a otras personas, y estudia todas las declaraciones del presidente norteamericano. No se toma a pecho los insultos de Trump, y se limita a exponer tranquilamente los hechos.
Un ejemplo: cuando Trump dijo que avanzaría con los aranceles del 25% a partir del 4 de marzo, alegando una falta de avances de México y Canadá en el control fronterizo del tráfico de fentanilo, Sheinbaum le envió un gráfico con datos del propio Departamento de Seguridad Interior norteamericano que mostraban que desde octubre las incautaciones de esa droga en la frontera sur de Estados Unidos se habían desplomado: si había menos fentanilo ingresando en Estados Unidos era porque lo frenaban en México, le dijo Sheinbaum a Trump.
“No sabía de ese gráfico hasta que se lo enviamos”, dijo luego Sheinbaum ante los periodistas.
En otra llamada, Sheinbaum le contó a Trump sobre la campaña de publicidad de su gobierno para desalentar el consumo de fentanilo. Trump quedó impresionado. “Hablo con gente todo el día y nunca aprendo nada de nadie”, dijo Trump el mes pasado. “Pero cuando hablé con esta mujer y me contó eso, inmediatamente me dije: ¡Exacto, qué excelente idea!”. Poco después, anunció su propia campaña multimillonaria contra el fentanilo.
En ambos ejemplos, la realidad es un poco más complicada que lo que pintó Sheinbaum. Los analistas dicen que hay varias razones posibles para el descenso de las incautaciones de fentanilo, incluidas las luchas de poder internas en el cartel de Sinaloa, principal traficante de ese opioide.
En cuanto a la campaña contra el fentanilo, fue mayormente pensada para impresionar al gobierno norteamericano, según un importante dirigente de Morena que habló bajo condición de anonimato por no estar autorizado a hacer comentarios al respecto: en México no hay una epidemia de consumo de fentanilo.
Pero Sheinbaum también ha tomado decisiones políticas muy riesgosas para tranquilizar a Trump desde que empezó con sus amenazas arancelarias, a principios de febrero: casi duplicó la cantidad de fuerzas militares en la frontera con Estados Unidos y entregó a 29 jefes narcos, una operación que, según los juristas, viola la legislación mexicana. Además, México recibió a los inmigrantes deportados por Estados Unidos, no solo a los mexicanos, sino también de otros países.
Sheinbaum ha demostrado tener un buen sentido de la oportunidad. Mientras que el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, anunció rápidamente aranceles de represalia tras las amenazas estadounidenses, Sheinbaum nunca lo hizo y siempre buscó la vía del diálogo. Con el desplome del mercado bursátil de Estados Unidos y las advertencias de los comerciantes norteamericanos sobre una suba de precios, la presión fue aumentando para que Trump cancelara las medidas.
El gobierno mexicano “supo confiar en esas presiones sin tener que aplicar sus propias medidas”, apunta John Creamer, exdiplomático norteamericano de alto rango que cumplió funciones en México. ¿El resultado? Los mexicanos “no son blanco de la ira de Trump, como sí lo son los canadienses”.
Sheinbaum consolida su poder
Morena tiene mayoría en ambas cámaras del Congreso y un virtual control del poder, en gran medida gracias a la popularidad de López Obrador. Y ahora, dicen los analistas, la que está cobrando protagonismo es Sheinbaum.
Una encuesta de febrero le preguntó a los mexicanos quien tiene más poder en México, y el 49% de los encuestados respondió que Sheinbaum, mientras que solo el 11% respondió López Obrador. (Aproximadamente un 25% de los mexicanos respondió “el crimen organizado”).
La expulsión de los 29 narcotraficantes fue un momento crucial para el ascenso de Sheinbaum, señala el analista político Carlos Heredia. “Con esa decisión, básicamente dio un golpe en la mesa y dijo: la que manda soy yo”, dice Heredia.
De todos modos, es probable que México enfrente un período difícil, con una economía en desaceleración y creciente cautela entre los inversionistas, asustados no solo por los posibles aranceles, sino también por una reforma judicial respaldada por Sheinbaum y que probablemente reducirá la independencia de la Justicia mexicana, según los analistas.
El acto del domingo en el Zócalo había sido convocado por Sheinbaum para anunciar las contramedidas mexicanas a los aranceles norteamericanos: como Trump pospuso su entrada en vigor, el acto se convirtió en la celebración de un triunfo.
Luis Ramírez, un electricista de 74 años del estado de Michoacán que asistió al acto, dice que Sheinbaum “tiene todo nuestro apoyo”. Pero las negociaciones con Trump continúan. “Como dijo nuestra presidenta, no hay que perder la calma y tenemos que ser pacientes, muy pacientes”, dice Ramírez.
Por Mary Beth Sheridan y Leila Miller

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