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El oeste de NC fue invisible hasta el paso de Helene

Autoridades de la Dirección de Desastres de Carolina del Norte aseguran que se reforzarán los esfuerzos para ayudar a las comunidades para determinar si califican para estos recursos de ayuda de FEMA

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El oeste de NC fue invisible hasta el paso de Helene

Durham, N.C, 18 de diciembre de 2024- Durante la última sesión del Consejo Asesor para Asuntos Hispanos y Latinos del Gobernador, realizada en Durham el pasado 3 de diciembre, Ricardo Bello, director ejecutivo de Unidxs WNC, aseguró antes del devastador paso del huracán Helene, el oeste de Carolina del Norte, las necesidades reales de sus habitantes y el esfuerzo de organizaciones comprometidas con el progreso comunitario eran invisibles.

Lamentó que una tragedia de tal magnitud, insospechada para muchos, fue la causante de que Asheville, zonas rurales y demás condados de las montañas fuesen identificados en el mapa del estado.

“Hace dos años conocí a Cristina España, directora adjunta de Participación Pública de la Oficina del Gobernador, en un evento de Educación. Desde este afortunado encuentro, me di cuenta de que podía levantar la manos frente a muchas personas que pueden tomar decisiones comunitarias importantes para decir: ´Volteen a ver al oeste de Carolina del Norte, no solamente a Asheville, sino también a las zonas rurales´”, dijo al tomar la palabra.

Unidxs WNC es una organización creada para ayudar a personas o grupos afectados por desigualdades sociales, económicas, educativas y culturales; y desde la catástrofe, se ha convertido en uno de los bastiones de apoyo a familias más sólidos.

Bello es miembro del Consejo Asesor y frente a representantes de múltiples agencias estatales, líderes de organizaciones y medios de comunicación locales, dio a conocer qué pasó en el oeste, qué sigue ocurriendo y cómo se están preparando para lo que viene.

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Comentó que “cuando pasó el huracán, muy pocas personas no sabían donde estábamos nosotros. Waynesville, condado de Haywood, es el primer condado al que nosotros servimos. Está pegado a Asheville y la gente no sabía dónde estábamos”.

“Después de un mes y medio de la tragedia, y gracias a representantes como Luz Sanabria, Carolina Siliceo, Bruno Hinojosa y líderes de muchas organizaciones, se estableció una relación fuerte, a través de la cual nosotros pudimos conectarnos con recursos necesarios y ellos pudieron ubicar esos recursos en un mapa”.

 

7 a 10 años en recuperación

Una emergencia de este tipo es abordada en cuatro fases fundamentales: mitigación (antes), preparación (antes), respuesta (durante) y recuperación (después).

En el caso del huracán Helene, las autoridades estatales hicieron lo propio durante las dos fases. Normalmente, la fase de respuesta es abordada rápida y eficazmente, pero la devastación de Helene fue tan poderosa y sin precedentes que tomó a los equipos de emergencia casi 2 meses en comenzar la transición hacia la fase de recuperación, la cual se estima que durará entre 7 y 10 años, en este caso, debido a la potencia del paso de este huracán, según estimaciones de la Dirección del Servicio de Desastres de Carolina del Norte. 

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Lo más frustrante 

Frente a la plenaria, Ricardo Bello enumeró ciertos aspectos del aprendizaje que le ha dejado el paso de Helene, los cuales calificó de “frustrantes”:

Aprendimos, descubrimos o reafirmamos que: 

1.- No estamos preparados para un evento de esta magnitud.

“Cuando ocurrió esta tragedia, yo estaba en México, desde donde pude tener comunicación con cada una de estas personas que nos brindaron su ayuda inmediatamente.

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2.- La comunicación es lo más importante.

“Cuando regresé a mi casa, me di cuenta de la realidad y, a diferencia de cuando estuve en México, no tenía señal, no pude contactarme con mi equipo por más de una semana. No podía reunirme con mi equipo porque no teníamos tan siquiera un espacio para poderlos convocar”. 

3.- Nadie debía ir a salvar a nadie.

“Muchísimas personas querían colocar sus manos y sus sentimientos más solidarios al servicio de la comunidad y, a veces, debido a las fallas en la comunicación, no pudimos ser efectivos en decir: ´No vayas, no porque no necesitamos tu ayuda, sino porque las condiciones eran tan inestables que no queríamos correr el riesgo de tener a dos personas perdidas, en lugar de una. Se escucha feo, pero lamentablemente nosotros pudimos empezar a responder a todas las necedades un mes después de la tragedia por la falta de información, de equipos, recursos y comunicación efectiva”.

4- Organizaciones y agencias estatales no nos conocían.

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“Fue una tarea titánica hacerles entender a las organizaciones sobre la gran necesidad que teníamos, debido a que no nos conocían. Lariza Garzón, a través del Hispanic Federation, fue una de esas personas que nos contactó inmediatamente. Pero muchísimas organizaciones ni siquiera sabían que existíamos o hacían demasiadas preguntas. Vamos a continuar trabajando con lo que tenemos”.

5.- También hay crisis en el este de NC.

“Recibí respuesta de organizaciones o líderes comunitarios del este de Carolina del Norte que me comentan que están sufriendo lo mismo que nosotros porque el gobierno y las instituciones no saben dónde están ubicados”.

6.- Se crearon redes de explotación laboral.

“Supimos que personas están abusando de otras. Tuvimos la oportunidad de identificar a un grupo de 15 personas que trabajaron 3 semanas sin recibir pago y nunca pudimos ayudar a que se les pagara. La compañía que los contrató les dijo que les iban a pagar, pero no lo hicieron, aprovechándose del trágico momento.

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7.- Viene otro huracán: el político.

“Este es el huracán de élites que no están ayudando a que estas comunidades sean identificadas y puedan aparecer en el mapa, no solamente en la época de emergencias. Tenemos que estar presentes en lo bueno y lo malo”.

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