Ferrer, opositor cubano excarcelado: «Ya estoy en movimiento. No puede haber descanso»

La Habana, 17 ene (EFE).- El histórico opositor cubano José Daniel Ferrer aseguró en una entrevista con EFE este viernes que está dispuesto a retomar de inmediato su labor a favor de la democracia, tras ser excarcelado la víspera como parte de un acuerdo que implicó a La Habana, Washington y el Vaticano.

«Ya estoy en movimiento. No puede haber descanso», subrayó Ferrer, calificado de preso de conciencia por Amnistía Internacional y líder de la ilegal Unión Patriótica de Cuba (Unpacu) y del Consejo para la Transición Democrática en Cuba (CTDC).

El opositor apunta que la grave crisis en la que está sumida el país le lleva a «duplicar las fuerzas en función de la causa» y observa, en este contexto, que «el régimen cubano está en una situación crítica y con mucho miedo» y que está en sus «meses o años finales».

Ferrer relató que antes de su excarcelación, representantes del Ministerio del Interior le advirtieron que, con los términos de la libertad condicional que se le iban a aplicar, no podía persistir en sus actividades políticas porque podía ser de nuevo detenido y procesado.

«Entonces deberíamos ahorrar tiempo y trámite, y devolverme a mi celda», refirió Ferrer que respondió así a sus interlocutores, que le dijeron no obstante que iba a ser excarcelado porque había órdenes «de arriba» para proceder de esa manera.

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El Gobierno cubano no ha hecho público un listado con los nombres de las 553 personas que ha informado que va a excarcelar y tampoco se han difundido los términos del acuerdo por el que La Habana anunció esta medida, tras conocerse que Washington iba a sacar a la isla de la lista de patrocinadores del terrorismo.

«Reconectar» a la oposición

Ferrer, que reconoció el coste para su salud de los últimos tres años y medio en prisión -que incluyen, afirmó, huelgas de hambre y dos golpizas-, explicó que «el mayor trabajo» que tiene ahora por delante es «reconectar» a activistas y opositores de dentro con exiliados fuera de la isla, en busca de una «estrecha coordinación» y de «sinergias» para que los «esfuerzos» de todos sean «más productivos».

«Hay que unificar los esfuerzos en un proyecto único que sea acogido por una mayoría (…) para de manera no violenta alzar una voz que obligue al régimen a hablar. Vamos a hacer lo que nos corresponda a nosotros», añadió.

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El opositor se mostró escéptico con el acuerdo que había propiciado su excarcelación al considerar que La Habana utiliza a los presos como moneda de cambio para que Estados Unidos le quite alguna medida coercitiva y así «seguir ganando tiempo, oxígeno».

A su juicio, estas negociaciones son contraproducentes: «Lo que acaban de hacer (el presidente de EE. UU., Joe) Biden y el Vaticano es dar paracetamol para una infección muy peligrosa que necesita antibiótico de última generación».

Siguiendo con la metáfora, dijo comprender que «hay que controlar la fiebre», pero consideró que este acuerdo es «sólo paliativo» y no tiene «antibiótico» que impida que el Gobierno cubano vuelva a encarcelar a personas que tratan de ejercer sus derechos fundamentales.

Matizó que no es «contrario a que haya entendimiento, incluso a que se retiren sanciones», pero agregó que este tipo de acuerdos deben contener compromisos de La Habana que no sean reversibles.

Con respecto a la Unión Europea (UE), dijo sentir «tremendo dolor» al ver que el bloque comunitario toma medidas contra el líder chavista Nicolás Maduro pero no contra el Gobierno cubano, a quien considera su «maestro», en referencia a la sintonía entre La Habana y Caracas.

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Ferrer llevaba en prisión unos tres años y medio, pero ya antes había estado encarcelado. Él fue uno de los 75 intelectuales, periodistas y opositores encarcelados en la oleada represora de 2003 conocida como la «primavera negra».

Tras ocho años de prisión, en 2011 salió en libertad, pero desde entonces y hasta su arresto en 2021 había sido detenido en varias ocasiones.

Juan Palop

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