Gaby Aparicio se quitó la vida tras acoso escolar

Durham, N.C., 18 de marzo de 2025- 

«Estimado/a Educador,

Quería tomar un momento para expresar mis sentimientos sobre mi tiempo en su clase. Aunque asistí a la escuela todos los días, a menudo parecía que yo era invisible e insignificante para tí.

Cuando mi familia pasó por un momento difícil, esperaba que usted se comunicara para ofrecer condolencias o apoyo. Desafortunadamente, eso no sucedió.

En cambio, los profesores de mi hermana Annete en la Escuela Secundaria Early College se tomaron el tiempo de mostrar amabilidad y compasión hacia mi familia durante el mismo momento difícil. Se tomaron el tiempo de escribir notas sinceras, y significó mucho para nosotros. Y eso sin conocerme.

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Espero que en el futuro, considere el impacto que sus acciones – o la falta de ellas – pueden tener en sus estudiantes y sus familias.

Atentamente,

Gaby”

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Esta fue una carta escrita por Gabriela Aparicio Ortega, una adolescente de 13 años, estudiante de la Durham School of the Arts, en Durham, poco tiempo antes de quitarse la vida, a causa de un acoso escolar sistemático.

El suceso le rompió el alma a sus padres, hermanos y amistades cercanas, y enlutó a toda la comunidad.

El mensaje quedó claro: Los jóvenes no reciben los servicios de salud mental que necesitan para atravesar los desafíos emocionales propios de la edad, pero también aquellos causados por la insuficiencia de métodos de detección, control y contención del bullying en las escuelas.

“Hola, mi nombre es Claudia Ortega. Mi familia y yo estamos muy devastados de compartir la inesperada pérdida de nuestra querida hija, Gabriela Aparicio Ortega.

Gaby era un alma extraordinaria, siempre observadora, prestando mucha atención a las pequeñas cosas que hacían la vida especial. Le encantaba pasar tiempo con sus hermanos (Jason, Anette Michelle y Jessica) y apreciaba cada momento con ellos. La familia era su mayor alegría. A Gaby le gustaba la música y tenía un profundo interés por el arte 3-D. Siempre apreciaré los recuerdos de ella acompañándome a caminar al parque y haciendo el mandado juntas. Gaby tenía una empatía natural por todos los que la rodeaban y tenía una presencia tranquila. Siempre tendré cerca las tarjetas y cartas que ella me regaló en mi cumpleaños y el Día de las Madres, cada una llena de amor y ternura.

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Cada persona es irremplazable y con el fallecimiento de Gaby, hemos perdido a quien siempre trajo paz y serenidad a nuestras vidas y a quienes la rodeaban.

El dolor de esta pérdida permanecerá con nosotros para siempre y extrañaremos a Gaby todos los días”.

Esto es lo que reza la carta que hizo pública su madre, a través de sus redes sociales y las de numerosas organizaciones del área.

Durante este momento increíblemente difícil, la familia de Gaby busca apoyo para cubrir los gastos funerarios y han abierto una cuenta GoFundMe, con la esperanza de recibir las donaciones necesarias para darle la merecida sepultura a los restos de su hija.

Si quieres unirte a este movimiento de recaudación de fondos para apoyar a la familia Aparicio Ortega, ingresa al siguiente enlace: https://www.gofundme.com/f/gabriela-aparicio-ortega

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Ceremonia comunitaria

La organización civil Comunidad de Durham, se unió al duelo de la familia Aparicio-Ortega, organizando una emotiva ceremonia que, entre otros aspectos, reunió a las mejores amigas de Gaby en torno a las flores, globos, sentidas palabras, lágrimas y abrazos.

Este encuentro comunitario, en el cual padres de toda la comunidad pidieron a las autoridades escolares que implementaran medidas de protección de los estudiantes frente al acoso, fue el domingo, 16 de marzo, a las 9:15 a.m., en el 800 Sedgefield St., de Durham.

La concentración fue frente al muro de Duke y caminaron con camisas blancas, rosadas y negras alrededor del muro y hasta la Durham School of Arts.

La líder comunitaria Alexandra Valladares publicó en su muro Facebook el siguiente mensaje:

“Gaby, 

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Realmente me duele el corazón escribir esto.

Siempre había una broma entre los niños y yo sobre quién era mi “favorito”. Mi chiste con ellos era que no tenía un favorito, porque yo nunca fui la favorita de nadie. Les decía que no era bonito tener favoritos, pero cada vez que miraba a Gaby, o la veía, decía que ella era mi favorita. Y ella sonreía y se reía, al igual que todos los demás.

Conocí a Gaby cuando estaba en sexto grado, después de haber sido defensora de su hermana, y desde el principio fue una niña muy dulce conmigo. Ella me veía como una educadora que siempre estaba frustrada. Siempre decía: “¿Por qué no pueden ser como mi niña, Gaby?” o “¿Por qué no pueden comportarse como Gaby?” Y le susurraba que, en efecto, ella era mi favorita, especialmente cuando estaba con su hermana y las amigas de su hermana.

Gaby me veía. Siempre dije que me sentí vista por ella, y la aprecié como estudiante, porque trabajar con alumnos es realmente difícil.
Siempre me aseguro de tomar fotos de todos mis estudiantes y capturar grandes momentos, porque realmente los amo a todos.

Recordar que la abracé la semana pasada por última vez, no me ha dejado tranquila desde entonces… Recordé que le dije: ´¡Mi Gabyyyy!´ y ´Te he extrañado´… y ahora estamos aquí.

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Pero quiero que sepas que realmente te extrañamos y te queremos”.

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