Informe nacional muestra el costo de los beneficios alimentarios en NC bajo diferentes planes de recorte del gasto federal

Más de 1.4 millones de personas en Carolina del Norte que participan en el Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP) podrían correr el riesgo de padecer hambre si los republicanos del Congreso avanzan con un plan para recortar 230 mil millones de dólares o más del programa durante casi 10 años. Los detalles específicos de los recortes aún no se han publicado, pero algunos líderes republicanos piden que, por primera vez, se exija a los estados que paguen una parte de los beneficios alimentarios del SNAP a los habitantes de Carolina del Norte. El Congreso debería rechazar esta propuesta y proteger el SNAP de recortes presupuestarios perjudiciales.

Para financiar una parte de los beneficios alimentarios del SNAP, Carolina del Norte tendría que aumentar los ingresos, recortar la financiación de otros programas y servicios estatales, reducir los niveles de los beneficios del SNAP, restringir la elegibilidad para el programa o una combinación de estas opciones; todas ellas implicarían un mayor coste para Carolina del Norte o privarían de asistencia alimentaria a los norcarolinianos. Esta propuesta surge en un momento en que se prevé que los ingresos de Carolina del Norte se estancarán y luego disminuirán durante los próximos dos años fiscales.

Los líderes republicanos no han especificado cuánto obligarían a los estados a pagar de los costos de las prestaciones alimentarias del SNAP. Sin embargo, si establecen una nueva contribución estatal del 5% de las prestaciones del SNAP, Carolina del Norte tendría un costo aproximado de $146 millones en 2026; un requisito de contribución del 25% costaría a Carolina del Norte $731 millones. Sería la primera vez que el gobierno federal no financiara completamente el costo de las prestaciones alimentarias, según un nuevo informe del Centro de Prioridades Presupuestarias y Políticas .

Los republicanos del Congreso están impulsando profundos recortes al gasto federal en SNAP, Medicaid y otros servicios vitales para compensar los costos de extender y ampliar las reducciones de impuestos para los más ricos. Sus reducciones de impuestos, solo para los hogares con ingresos en el 1% más rico, costarían aproximadamente 1,1 billones de dólares en 10 años. Obligar a los estados a contribuir al pago de las prestaciones de SNAP permitiría a los legisladores federales implementar recortes impopulares, mientras que otros —los legisladores estatales— decidirían qué participantes pierden las prestaciones.

“La perspectiva de este cambio radical y repentino en los costos llega en un momento en que el presupuesto estatal de Carolina del Norte ya está bajo presión”, declaró Alexandra Sirota, directora ejecutiva del Centro de Presupuesto e Impuestos de Carolina del Norte. “Mientras los legisladores estatales negocian para integrar las prioridades clave de impuestos y gastos en un presupuesto equilibrado para el próximo año fiscal, incluso un nuevo y pequeño requisito de contrapartida del SNAP obligaría a tomar decisiones difíciles entre permitir que más niños pasen hambre y financiar otros servicios públicos importantes, como la educación y la seguridad pública”.

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Si los estados tuvieran que aportar incluso el 10% del costo de las prestaciones del SNAP, equivaldría a más de 5000 salarios docentes en Carolina del Norte. Los estados podrían transferir parte del costo a los condados y ciudades, ya sea directa o indirectamente.

“Esta propuesta y otros posibles recortes al SNAP eliminarán los beneficios alimentarios de niños, veteranos, adultos mayores y personas con discapacidad, y aumentarán el costo de los alimentos”, declaró Moriah Collins, coordinadora de campañas del Centro de Presupuesto e Impuestos de Carolina del Norte. “Instamos a toda nuestra delegación a oponerse a cualquier resolución presupuestaria final que incluya recortes al SNAP”.

En Carolina del Norte, más del 66 % de las familias participantes tienen hijos y más del 34 % incluyen personas mayores o adultos con discapacidad. Las investigaciones demuestran que el SNAP reduce la inseguridad alimentaria y se relaciona con mejores resultados en salud, educación y economía, así como con menores costos médicos para los participantes.

Los beneficios del SNAP se gastan en más de 9,000 supermercados del estado. Cada dólar adicional en gastos del SNAP en una economía débil genera $1.54 en actividad económica cuando los hogares utilizan sus beneficios para comprar en comercios locales de sus comunidades.

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