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Paraguayos despiden al artista Koki Ruiz en la tierra donde creó una procesión religiosa

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Fotografía cedida por la Secretaria de Prensa de la Municipalidad de San Ignacio de asistentes al funeral del artista plástico Delfín Roque Ruiz Pérez, conocido como Koki Ruiz este sábado, en san Ignacio (Paraguay). EFE/ Secretaria de Prensa de la Municipalidad de San Ignacio

Asunción, 21 dic (EFE).- Cientos de paraguayos despidieron este sábado al artista plástico Delfín Roque Ruiz Pérez, conocido como Koki Ruiz, con un cortejo fúnebre por donde pasa la tradicional procesión de Semana Santa en la localidad de Tañarandy (sur), una expresión cultural que promovió por treinta años y que convirtió a los ciudadanos en los protagonistas de su obra de arte.

En una carroza blanca repleta de flores se trasladaron los restos del artista paraguayo fallecido el viernes desde la iglesia de su ciudad natal, San Ignacio, en el departamento de Misiones (sur), hasta el lugar de su sepelio en la Barraca de Tañarandy, reportó el canal C9N.

Desde la Barraca, Ruiz creó e impulsó esta icónica procesión de antorchas que se celebra el Viernes Santo, y que visibilizó la religiosidad popular misionera en Paraguay y el mundo.

Como si se tratara de la celebración de la Semana Mayor, un grupo de estacioneros que viajaron más de 220 kilómetros desde la ciudad paraguaya de Luque despidieron al artista con cánticos religiosos, junto a los comuneros que cada año colaboraban para hacer posible la procesión.

En la serie documental llamada ‘Mborayhu Porã: Koki Ruiz’, este artista autodidacta que murió a los 67 años expresó que para él «lo importante es el trabajo colectivo con la gente».

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Este pintor, que usaba en sus obras elementos naturales, contó en el documental que hace más de 30 años empezó a visitar a los habitantes de Tañarandy, observó los altares en sus casas y se dio cuenta de que «la religiosidad popular podía haber sido esa conexión con la gente».

Desde entonces, en 1992 aglutinó a cientos de personas en Tañarandy para confeccionar las antorchas y candiles de apepú (una especie de naranja) de la procesión y montar cuadros vivientes.

«La mezcla en el momento de encenderse entre el apepú y la grasa de vaca, termina de ser ese olor ritual. Entonces, la obra era completa: con la vista, la cantidad de luces prendidas, más el canto, con los oídos», explicó el artista.

Entre su legado también destacan obras como un retablo de 9 metros de alto y 7 de ancho con el rostro de la beata María Felicia de Jesús Sacramentado Guggiari, conocida como ‘Chiquitunga’, creado en 2018 con más de 70.000 rosarios donados por los fieles.

O el ‘Altar del maíz’ elaborado con unas 32.000 mazorcas de maíz, más de 200.000 pequeños cocos y cientos de miles de semillas, que sirvió de escenario para la misa principal que encabezó el papa Francisco en 2015 cuando visitó Paraguay.

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